HISTORIAS
Mujeres fortaleza
Hoy es el Día Internacional de la Mujer y a pesar de todas las brechas que existen aún para lograr reducir los niveles de desigualdad entre hombres y mujeres que existen en el mundo, la fecha debe servir para rendir homenaje a la fortaleza que acompaña a quienes durante muchos años, se han denominado el sexo débil en la sociedad.
La Cruz Roja ha elegido algunas historias para mostrar algunos casos de esas mujeres cuyas historias de vida son un ejemplo de esa fortaleza.
Una de esas historias es la de Angélica Mendoza, una peruana de 86 años que se ha pasado los últimos 30 años de su vida buscando a su hijo, según se detalla en el artículo “Peru: Mama Angelica, a symbol of strength”.
Mamá Angélica, como se le ha apodado, perdió a su hijo durante el periodo de la lucha armada en el Perú. En aquella época, solían ser las mujeres quienes buscaban a los desaparecidos, ya que los hombres corrían un mayor riesgo de desaparecer si es que iniciaban investigaciones.
Fue durante este tiempo que Mama Angélica empezó a ayudar a otras mujeres que habían perdido seres conocidos en su lucha para encontrarlos. Gracias al boca a boca, muchas mujeres con el mismo problema aparecieron para buscar ayuda. Mendoza afirma que no tenía miedo de que la mataran y que les dijo a sus compatriotas que si se mantenían unidas, nada les pasaría.
El 2 de septiembre de 1983, con la ayuda de 5 mujeres más, Angélica Mendoza fundó la Asociación Nacional de Familiares de Secuestrados, Detenidos y Desaparecido del Perú (ANFASEP). Dicha asociación como su nombre lo dice, se encarga de buscar y localizar a familiares secuestrados durante la época del terrorismo. Gracias a la creación de esta organización, Mendoza fue capaz de encontrar a muchos niños sin padres y se esforzó por brindarles un hogar, comida, juguetes y enviarlos a la escuela.
Como ella, en todas partes del mundo hay historias que revelan la fortaleza que tienen las mujeres para superar la adversidad. Esa también es la historia de Pascaline, una mujer de la República Democrática del Congo, y su lucha por recuperarse luego de ser rechazada por su marido y comunidad producto de una violación sexual. Como se sabe, en muchos países de África, las víctimas de violación sufren no solo el trauma fruto de ésta, sino también del rechazo de sus seres más cercanos. Sin embargo, con ayuda de un consejero, hoy Pascaline y su marido luchan hoy por construir juntos un futuro.
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