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La invisibilidad de África en el mundo científico podría estar por acabarse
¿Vale la pena construir un edificio cuando sus cimientos no están hechos para soportar su peso? La respuesta es sencillísima, no. Algo parecido podemos decir que está pasando en África. Hay datos que nos muestran que el continente está progresando económicamente, pero ¿de qué sirve esto si la escasez de profesionales hará imposible que tomen la posta y continúen con el crecimiento?
El problema es la baja inversión en cuatro sectores de la educación: ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (abreviado STEM por sus siglas en inglés). Como resultado esto, el continente africano no puede competir con el resto de las naciones, dice el portal Quartz en su artículo “I have no doubt the next great scientific minds will be from Africa”, sobre el cual se inspira esta nota. La falta de profesionales afecta la economía porque el “capital de conocimiento”, entendido como las habilidades agregadas de la población, es muy bajo.
Según datos de la UNESCO, África necesitaba formar 2.5 millones de nuevos ingenieros y técnicos para alcanzar las Metas de Desarrollo del Milenio. Sin embargo, estas metas no pudieron ser alcanzadas. En el 2009, África tenía menos de 2000 personas con un PhD. Es imposible esperar que estos se encarguen del crecimiento de todo un continente y eso explica por qué África produce menos del 1% de la producción mundial.
Para Thierry Zomahoun, autor del artículo, y presidente y CEO del African Institute for Mathematical Sciences y presidente del Next Einstein Forum, esto se debe a que ningún país africano destina ni el 1% de su producto interno bruto a los sectores de investigación y desarrollo.
El autor señala que en 35 años, según la ONU, dos de cada cinco niños serán africanos, por lo que está completamente convencido de que la siguiente gran mente del planeta vendrá de este continente. Sin embargo, sin un contexto adecuado para que este desarrolle su talento y tenga la posibilidad de hacer investigación, es poco probable que finalmente lleguemos a conocer al próximo Einstein africano.
Por ello, Zomahoun propone dos proyectos para cambiar esto. El primero es el Instituto Africano de Ciencias Matemáticas (AIMS por sus siglas en inglés) el cual les enseña a los alumnos como usar modelos matemáticos para solucionar problemas en diferentes sectores. El segundo es el Foro para el siguiente Einstein (NEF por sus siglas en ingles) que trata de facilitar la inversión para que África sea un centro para forjar redes globales de colaboración con el resto del mundo en la ciencia y la tecnología.
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