IDEAS
Los bebes sí saben pedir ayuda para resolver problemas
¿Qué hacemos cuando estamos en medio de un problema? ¿Procuramos resolverlo nosotros mismos o pedimos ayuda? Resulta que esta última opción, por más común que nos parezca, es exclusiva de la raza humana. Estudios a lo largo de los años se han hecho tratando de hallar esta habilidad en primates o en otras familias de animales sin ningún resultado concluyente.
Además de esto, se cree que solo los seres humanos adultos o al menos que se encuentran en una edad consciente pueden hacer esto. Esto significa que durante mucho tiempo se ha pensado que los niños pequeños son incapaces de la metacognición que es la capacidad de controlar nuestros procesos cognitivos al momento de aprender que incluye la posibilidad de poder afrontar una situación o saber qué hacer para completar algo.
Una reciente investigación otra cosa. Se trata del estudio denominado “Infants ask for help when they know they don’t know” elaborado por Louise Goupil y publicado en el portal del PNAS, el cual se descubrió que los niños pequeños sí son capaces de la metacognición.
Para probar esto se realizó una prueba sencilla con la ayuda de 80 madres parisinas que llevaron a sus hijos de 20 meses, los cuales fueron divididos en dos grupos. A uno de ellos se les dio la opción de pedir ayuda y a los otros se les privó de este derecho. La prueba consistía en lo siguiente. El examinador escondía un juguete en una de dos cajas, una abierta donde el niño podía verla y otra cubierta con una cortina. Luego de un tiempo les preguntaban a los niños dónde estaba la pelota.
Sorprendentemente, aquellos que tenían la opción de pedir ayuda recurrían a esta posibilidad para mejorar su rendimiento.
Como diría cualquiera, si son más listos que nadie. Los bebes con solo 20 meses de nacidos tenían claro que si tenían éxito podían quedarse con la pelota, con lo cual bien valía la pena asegurarse de conseguirlo y evitar cualquier posibilidad de fracaso. Con esto pudieron demostrar que los niños eran capaces de controlar sus procesos cognitivos frente a determinada situación, eligiendo pedir ayuda a alguien que sabían que los ayudaría o les diría donde estaba el juguete en lugar de lanzarse a adivinar la respuesta con un mayor porcentaje de riesgo a fracasar. En otras palabras, pueden expresar sus dudas, no con palabras, pero pueden expresarlas.
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