PERSONAS
Lágrimas en el trabajo
Muchas veces los problemas personales o la carga laboral hacen que las personas estén más sensibles, y cuando se recibe una llamada de atención, se produce un intercambio de palabras, o, la noticia de que se ha tomado la decisión de prescindir de los servicios de una persona, es posible que cualquier persona sin importar su sexo no pueda controlar sus emociones y termine derramando unas lágrimas frente a un colega o, peor aún, con el propio jefe.
Los expertos en etiqueta profesional dicen que llorar en la oficina es una señal que revela poco profesionalismo, y peor, aún puede ser considerado un signo de debilidad y de falta de autocontrol.
Un reciente artículo de The Atlantic, denominada Lean in to crying at work, hace referencia a que para la mayoría de personas exitosas las lágrimas están prohibidas en el ambiente laboral y deben guardarse para el entorno familiar.
Sin embargo, tal como se analiza en dicho artículo, que da pie esta nota, todo parece indicar que no existe una justificación al menosprecio cultural por las lágrimas, porque con connotaciones distintas, detrás de ellas hay emociones equivalentes a las que están detrás de reírse o dar unas palmadas celebrando algo.
De acuerdo a un libro denominado It´s Always Personal: Navigating Emotion in the New Workplace, que es citado en el artículo, las mujeres lo llevamos peor porque según una encuesta de 700 personas, el 41% de mujeres admitió llorar en el trabajo, en contraste con el 9% de los hombres que lo hizo.
¿Qué hay detrás de las lágrimas?
El artículo es ilustrativo porque da algunas pistas de las posibles explicaciones de las lágrimas.
- Un tema hormonal, porque las mujeres producen más de prolactina, lo que parece para promoverlo.
- Un tema de anatomía, porque los hombres tienen conductos lagrimales más largos que evitan que las lágrimas se derramen.
Más allá de las explicaciones que se pudieran dar sobre la forma negativa en que percibe el llanto en el trabajo, lo cierto es que todos los psicólogos que analizan el tema llegan a concluir que no son buenas. Con más o menos matices sobre cuándo serían más aceptables como cuando ocurre la pérdida de un ser querido, en general, no es bien visto que las mujeres exterioricen sus emociones con sus lágrimas.
El asunto es que no hay el mismo consenso sobre las lágrimas de los hombres. Cuando ellos gritan, algunos perciben que eso los humaniza y cuando lloran, se asume que es porque realmente ha ocurrido algo grave, y no porque no son capaces de controlarse como se acusa a las mujeres.
En otras palabras, los hombres que lloran lo hacen que son sensibles y si lo hacen las mujeres, es porque son histéricas.
Menuda brecha que superar, para que evitar que se estereotipen a las personas cuando lloran.
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