El problema con mostrar precios a medias

Empecé a usar Uber a inicios de este año, luego de que varios amigos me convencieran, contándome de incontables experiencias positivas usando la plataforma de transporte compartido. Efectivamente, el servicio era excelente y bastante más barato que otras empresas de taxis disponibles en mi país, e incluso te regalan el primer viaje.

Sin embargo, mi primera experiencia con la empresa fue un día que tenía que llegar de Miraflores a La Molina a las 18:00 (hora punta limeña). Al tratar de saber más o menos cuánto me saldría el viaje, la aplicación no me mostraba un precio fijo, sino aproximado. Me decía que me podría salir entre los 18 y 22 soles, dependiendo del tráfico. La cuenta salió al final 36 soles.

Esto se debe a que los precios varían según el tiempo que dura el viaje. Esto tiene su lado más malo que bueno porque hay pocos días con escasa circulación y más bien muchos con alto tránsito. El principal problema con esto es lo que se llama la “deshonestidad en los precios”.

Precisamente de este tema trata el artículo “One thing the sharing economy won’t share: Transparent pricing” de The Washington Post, en el cual subraya el caso de Airbnb en el alquiler de hospedaje. El conocido portal suele ofrecerte precios mínimos, sin embargo, estos no muestran los costos adicionales que terminan incluyéndote en la facturación final, tales como la limpieza que están obligatoriamente incluidos.

El problema con esto es que para muchos es una forma de atraer a alguien de forma engañosa. El cliente cree que los precios son realmente bajos y al ver la cuenta final, termina completamente decepcionado.

Hay quienes consideran que la forma en que se muestran las tarifas debería ser regulado para evitar que los consumidores terminen decepcionados porque no hay cliente que no busque las opciones más baratas.

Para las empresas, esto constituye una suerte de estrategia de venta en la medida que es como ver el precio de una habitación estándar y luego las reglas de uso que implican que una vez que utilizas la habitación que encontraste limpia y bien acondicionada, debes devolverla en las mismas condiciones que la encontraste.

Eso significa que a menos que quieras limpiarla tu mismo, tienes que asumir el costo de limpieza una vez que te retiras de la misma.

Para Airbnb, solo se trata de saber leer la letra pequeña del acuerdo.