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El placer al correr no tiene que ver con endorfinas

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Arrow red
25 de abril de 2016
Red star
Por qué es importante
Las responsables de la adicción que genera correr serían los endocannabinoides, un primo de los cannabinoides presentes en la marihuana.

Cada vez que uno ve a grupos de personas corriendo, es fácil preguntarse ¿qué los hace dejar la cama pronto, ponerse las zapatillas y salir a trotar por las calles? La respuesta tiene matices y solo los resultados certezas: mejoras en la salud, una sensación de bienestar general, mayor energía durante el día, y por supuesto, bajar de peso si es que eso es lo que se busca.

Los perfiles de las personas que corren son distintos, pero quienes convierten las carreras en hábito diario tienen un denominador común: lo disfrutan. Cuando intentan describir a qué se refieren llegan a decir que con la práctica se llega a experimentar una sensación indescriptible de placer al correr. Como consecuencia de ello, el ejercicio se vuelve casi una adicción y no les resulta difícil hacerlo diariamente.

Un reciente estudio publicado en la PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences) y denominado “A runner’s high depends on cannabinoid receptors in mice” explica las razones que están detrás del placer indescriptible de correr y por qué se convierte en adictivo para muchas personas. Al parecer esa sensación indescriptible de placer no es otra cosa que el cuerpo drogándose con sus propios químicos. ¿Cómo?

Durante años se ha creído que eran las endorfinas las cuales causaban esta sensación de placer. Sin embargo, el estudio muestra que estas son partículas demasiado grandes y que las que en realidad son responsables son los endocannabinoides, una especie de primo de los cannabinoides presentes en la marihuana. Los científicos llegaron a esta conclusión experimentando con ratones. Al parecer, al encontrarse estresados, los ratones buscan puntos oscuros como una especie de refugio y cuando están alegres buscan puntos brillantes.

Los científicos hicieron que los ratones corrieran durante un tiempo y luego suprimieron las endorfinas dentro de sus cuerpos. Los ratones siguieron corriendo de forma alegre buscando puntos brillantes. Sin embargo, al suprimir los otros químicos los ratones actuaron más estresados que nunca. Los resultados al parecer son similares en humanos. Esto, según el estudio, tendría sentido desde un punto evolutivo.

Todo parece indicar que nuestros ancestros corrían todo el tiempo para cazar y encontraron un beneficio natural al hacerlo por lo que la búsqueda del alimento resultaba placentera.