NÚMEROS
Las tabacaleras apuntan a los más jóvenes
Indonesia es el quinto productor de tabaco en el mundo, al 2015 el 20% de su población era adicta al tabaco (255 millones de personas) y probablemente tiene el gobierno más reacio a establecer políticas que restrinjan el consumo de cigarrillos en ese país, lo cual se refleja en el hecho que no ha suscrito el Convenio Marco De La OMS Para El Control Del Tabaco (CMCT) de 2003, que ya ha sido ratificado por 168 países.
Todo lo contrario, incluso distribuye cigarrillos a poblaciones indígenas como “gesto de buena voluntad”, lo cual fue duramente criticado por organismos anti-tabaco como la Fundación Indonesia de Consumidores que se mostraron indignados.
El problema es que la falta de políticas regulatorias contra el tabaco está afectando a la población más vulnerable que son los niños. En Indonesia el 70% de los hombres y/o el 40% de los jóvenes en Indonesia entre 13-15 años son fumadores, de acuerdo a un impactante reporte de Motherjones, Marlboro Boys: Indonesia Smokers Light Up.
El trabajo realizado por la fotógrafa Michelle Siu, ilustra en imágenes los resultados de las campañas de las empresas de tabaco para incentivar el consumo de los cigarrillos.
Según Tobbaco Free Kids, TFK, el tabaco mata a cerca de 6 millones de personas al año y, para mantener las ganancias, las empresas tabacaleras están tratando de conquistar a quienes reemplazarán a esos clientes que dejan de fumar o mueren a causa de enfermedades relacionadas con el tabaco por nuevos fumadores. En ese sentido, los jóvenes indonesios son un grupo objetivo perfecto para tales intenciones.
En un informe elaborado por esa organización se señala que si las empresas no hicieran marketing orientado a niños, en 25 o 30 años su negocio podría desaparecer. El problema es que el gobierno de Indonesia no está haciendo nada para regular esa publicidad que ha retratado Michelle Siu.
Felizmente, no todas son malas noticias, aun cuando sean en formato pequeño. Una tribu llamada Bone Bone, de 800 habitantes, situada en medio de las montañas de Indonesia, es desde hace una década, el primer pueblo indígena del país en imponer una prohibición total a fumar en su hábitat, y su ejemplo debería servir para que más pueblos lo hagan.
A la entrada del pueblo se lucen algunos letreros que dicen “Gracias por no fumar, dile no a los cigarrillos” o “Por favor disfruta del paisaje y el aire fresco en nuestro pueblo”.
Una de las razones que obligó a que el jefe Muhammad Idris estableciera esta ordenanza contra los fumadores fue que las familias de Bone Bone no podían enviar a sus hijos a la escuela porque sus padres gastaban demasiado dinero en el tabaco, y los mismos jóvenes se hicieron adictos a edad temprana. El resultado de esa ordenanza es que la población está convencida que es lo mejor para ellos y sus familias.
En tanto el propio gobierno no tome cartas en el asunto para regular la publicidad dirigida a los más pequeños, la única esperanza es que se repliquen más experiencias como la de Bone Bone.
Publicar un comentario