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Organizar el closet como las computadoras

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Hasta ahora nadie le ponía un poco de ciencia a la tarea de organizar un closet.
27 de abril de 2016
Red star
Por qué es importante
Si no lo hacemos de esa manera, pasará como nos ha pasado a muchos que no será funcional y tendremos que sacar todo para encontrar lo que buscamos.

Toda la vida he creído que no hay mayor ciencia para organizar un armario o closet. Además, nadie va a clases para aprender a hacerlo sino que lo hace por intuición y de forma espontánea.

Sin embargo, en la medida que cada vez tenemos menos tiempo para hacer cosas fuera de nuestra vida laboral y familiar, surgen corrientes que se ocupan de ayudarnos a buscar ser más eficientes en la realización de tareas que parecen sencillas.

Una de ellas plantea que hay que replicar lo que se hace en las computadoras para organizar su memoria y poder utilizar mejor el espacio que hay en el disco, según prioridad, antigüedad, cliente, entre otros.

En pocas palabras, hay que tener la misma cabeza fría que tienen los informáticos para armar esas computadoras y aprovechar mejor sus funcionalidades, para organizar ese espacio que guarda nuestras prendas preferidas y aquellas que simplemente nos ayudan a saber estar.

Por lo menos, eso es lo que nos plantea como idea el portal Wired en su artículo “How Should You Organize Your Closet? Exactly Like a Computer Organizes Its Memory”.

Si no lo hacemos de esa manera, pasará como nos ha pasado a muchos que no será funcional y tendremos que sacar todo para encontrar lo que buscamos.

¿Cómo evitar esto? O mejor, ¿Cómo conseguir que esto no suceda?

Según Wired hay que seguir tres pasos:

  1. Establecer qué es lo que creemos que debe estar en ese closet.
  2. Analizar cuál sería el mejor lugar para nuestro closet.
  3. Saber cómo organizar lo que tenemos.

El asunto es menos sencillo de lo que parece porque para lo primero, hay que ser críticos y pensar con cabeza fría. Se trata de dejar o descartar la ropa que usamos y la que no lo  hacemos tanto pero no tiene sentido descartar. En otras palabras, debemos botar todo aquello que no usamos o lo hacemos esporádicamente. Además, por supuesto todo aquello que no nos queda y que guardamos hasta esperar adelgazar.

Una vez hecha esa selección, hay que encontrar el lugar perfecto para nuestro closet. Este no tendría por qué ser necesariamente nuestra habitación. Tiene que ser un lugar que tenga sentido para nosotros aunque no lo tenga para el resto de la gente. Si, por ejemplo, encuentras que la biblioteca, lavandería o el salón de la casa es donde te vistes más seguido, adelante, pon tu closet ahí.

Por último, el artículo recomienda ordenarlo de una forma específica que nos sirva y nos ayude a nosotros. Todos los pantalones y faldas en un mismo nivel del armario, o más bien usar el criterio de frecuencia de uso para definir en qué parte del closet colocar ciertas prendas.

¿Intentarías seguir estas recomendaciones?