El 2016 no será buen año para el salmón

El impacto de El Fenómeno del Niño se observa en la sequía que ha golpeado los países africanos, incrementando el problema del hambre en ese continente, y, por supuesto también a los países del Pacífico que tienen negocios en el sector pesquero.

Precisamente, un reciente artículo de Financial Time, denominado Chile’s salmon sector hit by toxic algae Bloom, y sobre el cual se inspira esta nota, da cuenta del impacto que ha tenido el calentamiento de las aguas para promover la floración de algas tóxicas en el país del sur del continente americano, lo cual ha afectado las poblaciones de peces, en particular, a la industria del salmón.

Al respecto, el CEO de Marine Harvest, Alf-Helge Aarskog, citado por el artículo y, que además tiene importante presencia en Chile, ya ha anunciado que este año, es posible que los niveles de producción caigan hasta el 25%, y que será necesario reestructurar sus operaciones, aun cuando los precios del salmón se han ido al alza hasta USD 5,40, lo cual es muy importante y podría reducir las pérdidas, teniendo en cuenta que Chile es el segundo productor del mundo de salmón.

Todo parece indicar que el 2016 no será un buen año para el salmón ni en Chile, ni en Noruega, donde esta pesquería también está golpeada, aunque por otras razones, que tienen que ver con los piojos que brotaron desde el año pasado.

El gran problema de esto es que se trata de un sector bastante endeudado, y no completamente cubierto con seguros contra pérdidas por algas, lo cual hará más difícil poder superar el bache para impulsar la producción con mayores inversiones en capacidad.

La industria del salmón está expuesta a virus que pueden destruir la producción y llevar a la ruina a las empresas, aun cuando a diferencia de Noruega, en Chile se usan más antibióticos y vacunas para estabilizar la producción.

Todo este contexto, ha motivado que se genere una discusión sobre la necesidad de regular mejor los cultivos para evitar la sobre oferta y la consecuente caída de precios, pero además, para asegurar que las granjas tienen el flujo suficiente de agua.