IDEAS
China prohíbe comprar acciones en tecnológicas
Si bien, China es admirada por la forma en que ha impulsado el crecimiento de su economía y por cómo se ha convertido en la fábrica del mundo, también es cuestionada por las condiciones laborales bajo las cuales trabajan en las fábricas y por las restricciones que tienen a la libertad de expresión.
El tema, es que ahora también, al gobierno se le ha ocurrido parar lo que cree que es una burbuja en el área tecnológica, impidiendo que empresas de otros sectores inviertan en estas.
La China Securities Regulatory Commission (CSRC) ha iniciado una cruzada para detener las inversiones en el área de tecnología que provengan de sectores que no son afines a estos, según cuenta el artículo de Financial Times “China moves to contain technology bubble”.
Y es que desde hace un tiempo se puede observar como cada vez más empresas multimillonarias de tecnología entran al mercado, en lo que se conoce como industrias del amanecer (Sunrise Industries), precisamente por su poco tiempo y por la capacidad de innovación que tienen.
En un contexto de menor crecimiento de la economía, estas empresas han incrementado su atractivo, y eso ha motivado que empresas de sectores más tradicionales del país asiático hayan decidido empezar a invertir en estas industrias del amanecer. Por ello, la CSRC, cree que esto puede generar una burbuja en este sector y para evitar que esto ocurra, ha decidido prohibir esta práctica, para impedir que empresas en sectores tradicionales hagan colocaciones privadas de acciones si es que estas están dirigidas a sectores virtuales fuera del negocio central de la compañía.
Las autoridades se han referido al tema diciendo que no puede ser que una empresa que ni siquiera le va bien en lo que supuestamente sabe hacer, crea que puede invertir en sectores fuera de sus conocimientos.
Si bien este esfuerzo puede verse necesario para algunos, otros lo ven como una forma forzada de controlar la economía del país, en la medida que la labor de la CSRC como ente regulador es, precisamente, supervisar la regulación del flujo del mercado, y lo que está haciendo parece ser más bien dictar qué es lo que se puede o no hacer en el mercado, como si no fuera mejor en este caso, que las empresas decidan dónde está mejor su dinero.
Lo malo de estas medidas es que no contemplan la posibilidad que incluso las empresas tomen la decisión de cerrar porque les va mal, y precisamente quieren invertir en sectores con potencial para conseguir los mismos niveles de rentabilidad que tenían mientras que sus empresas operaron con éxito en el mercado.
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