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La resistencia a los antibióticos
Existía un monstruo en los cómics que cada vez que lo mataban o herían, regresaba habiendo desarrollado una resistencia a lo que lo había matado o dañado anteriormente. Terrorífico, ¿verdad?
“Qué bueno que cosas como estas solo existen en la ficción, pensarán muchos”. Sin embargo, lo que ignoran es que esto podría dejar de ser solo ficción.
La naturaleza tiene como principal objetivo la supervivencia. Es por eso que toda ella ha evolucionado a lo que es hoy. Parte de la naturaleza son estos pequeños bichitos a los que llamamos microbios, los cuales nos enferman o nos transmiten virus. Sin embargo, en nuestra sabiduría creamos antibióticos para luchar contra estas enfermedades. ¿Cuál es el problema? Siguiendo la única misión de su existencia (sobrevivir), hoy en día los virus están desarrollando resistencias contra los antibióticos que existen en la actualidad. Así nos lo cuenta el artículo de Grist “Antimicrobial-resistant superbugs could soon be deadlier than cancer”
Lo primero que viene a la mente es por qué no se producen nuevos antibióticos más potentes. Lamentablemente no es tan sencillo porque no se han desarrollado nuevos antibióticos hace años y como resultado de esto, las bacterias nos están ganando. Se estima que para el 2050, se habrán desarrollado resistencia contra todos los antibióticos existentes, momento en el cual será imposible curar enfermedades si es que no se hace algo antes.
Una de las causas a las que se atribuye este problema tiene que ver con la forma indiscriminada en que se distribuyen y recetan antibióticos. Parte de la culpa la tienen también los pobres niveles de salubridad que hacen que la gente se enferme y se vea obligada a consumir las medicinas para combatir enfermedades. En otras palabras, por ejemplo, el agua sucia que consumen miles de comunidades en el mundo genera enfermedades que ayudan a que el problema crezca.
Otra explicación es el uso de antibióticos en cosechas y ganado para que la comida llegue en mejores condiciones, lo cual indirectamente como consumidores de carne y de otros productos, nos genera resistencia a ciertos antibióticos.
Todo esto parece casi imposible de evitar, por lo que los científicos ya analizan las posibles soluciones, entre las cuales se barajan las siguientes: la primera es dedicar un gran esfuerzo científico en el desarrollo de una nueva generación de antibióticos para poder frenar las nuevas enfermedades. La segunda es mejorar los niveles de salubridad y los hábitos alimenticios, para que de esta forma, la gente se enferme menos y el problema disminuya.
Todo parece indicar que no habrá una solución única y que será necesario trabajar en varios frentes para estar preparados.
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