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Adios a las palabras que nos separan
El presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, Barack Obama, aprobó una nueva ley que elimina los términos “oriental” y “negro” de la legislación federal. Esto en el contexto del Asian Pacific American Heritage Month y previamente a su visita a Vietnam y Japón, según da cuenta Quartz y el Independent.
En 1989, la Escuela de Periodismo de la Universidad de Missouri, en su “Dictionary of Cautionary Words and Phrases” señaló que era preferible el uso del término “asian american” que “oriental”. Más tarde, en 2002, se declaró ilegal el uso de la palabra “oriental” para referirse a personas en documentos estatales en Washington y, en 2009, el gobernador de New York aprobó una ley similar.
El uso de esta clase de términos significa una separación entre “ellos” y “nosotros”, lo cual implica discriminación y, más aún, racismo. Esta práctica proveniente del siglo XIX, cuando los europeos buscaban una manera de referirse a todo lo proveniente del exterior, es decir África y Asia, es ahora no más que una ofensa infundada en una sociedad que ha progresado por encima del concepto de “razas”.
Se trata de un esfuerzo esperado por conseguir respeto con las diferencias. La sociedad americana parece estar llegando al entendimiento de que no existen razas como una pluralidad de especies y que todo aquel nacido en los Estados Unidos tiene derecho a llamarse americano sin importar su ascendencia, lo mismo con las extranjeros residentes en el país, quienes merecen respeto y contra quienes nadie tiene derecho de emplear términos discriminatorios.
Acciones como estas deberían ser replicadas en sociedades como la latinoamericana, donde la discriminación se encuentra muy presente. Particularmente en el caso del Perú, existe una variopinta realidad que acoge a personas con orígenes tan variados que sería imposible encontrar a una persona cuyo origen sea puro. A pesar de esto es común escuchar de graves casos de racismo, como cuando Ricardo Apaza, un joven que vestía atuendos típicos de la sierra, fue impedido de ingresar a una sala de cine de la cadena UVK. Más aún, existe una doble moral que muestra, por un lado, un pensamiento progresista y de inclusión, pero por el otro, un sentimiento de invasión del espacio y de desprecio hacia el migrante.
Ojalá se tomaran medidas similares en nuestro país en contra de estas conductas.
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