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La discriminación en la economía compartida
La economía compartida ha beneficiado a muchísimas personas. Existen servicios como Uber y Airbnb que brindan transporte y alojamiento a miles de personas, respectivamente. Sin embargo, por más positiva que haya sido su creación, la economía compartida aún presenta errores que deben ser combatidos para que pueda ayudar a más personas de manera más efectiva.
Uno de estos problemas es, lamentablemente, la discriminación, la cual se presenta en Uber tanto como el Airbnb. Sin embargo, existen formas de resolver esto, afirma el artículo de The Harvard Business Review, titulado “A Better Way to Fight Discrimination in the Sharing Economy”. De conseguir esto, se podría hacer de la economía compartida algo mejor y más justo para muchísimas personas.
Lo más complicado de esta lucha contra el racismo ha sido encontrar evidencia de que este existe en plataformas de economía compartida. Sin embargo, un estudio titulado “Racial and Gender Discrimination in Transportation Network Companies”, encontró que los pasajeros negros de aplicaciones como Uber o Lyft tienen mayores posibilidades de ver cancelados sus pedidos que los pasajeros blancos. Por otro lado, una investigación titulada “Racial Discrimination in the Sharing Economy: Evidence from a Field Experiment”, encontró que clientes con nombres que parecían afroamericanos tenían 16% menos posibilidades de ser aceptados por posibles anfitriones. Sin embargo, este último caso puede ser mejorado de una forma sencilla.
En un reciente experimento, se encontró que, si los clientes negros obtenían un puntaje positivo, sus posibilidades de ser aceptados por los anfitriones eran similares a las del resto. Para demostrar esto, se creó perfiles con nombres que parecían de personas blancas y otros aplicados a nombres afroamericanos. Se colocó una foto de un paisaje genérico en todos los perfiles, y no se ofreció ningún tipo de información en este. En este punto, los clientes negros tenían menos posibilidades de ser aceptados (29%) que el resto de los clientes (48%).
Sin embargo, si obtenían una calificación positiva, ambos perfiles elevaban sus posibilidades a 58% y 56%, respectivamente. Además, si se colocaba información negativa en los perfiles, los porcentajes de aceptación bajaban en ambos casos.
Esto puede ser explicado con una teoría propuesta en la década de 1970, que afirma que el racismo se produce debido a la falta de información, es decir, si se cree que los negros como grupo son peores que el resto, no se les da alojamiento, en este caso en particular. Pero, tan pronto como se agrega información que demuestra lo contrario (la calificación positiva), la situación cambia.
Si el racismo es de este tipo en la economía compartida, entonces puede ser fácilmente revertido creando plataformas de comunicación e información interactiva, permitiendo que los participantes de este tipo de economía puedan observar que por ser negro uno no es necesariamente malo.
Sin embargo, cabe resaltar que se trata de una muestra clara de racismo que debe ser corregida más allá de aplicaciones móviles o modelos de economía compartida.
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