PERSONAS
Mi nombre, mi identidad
Algunos de los errores más frecuentes sobre la identidad de una persona son escribir mal el nombre o apellido, y pronunciarlo de forma equivocada. No obstante, lo peor que puede pasar es pensar que parte del apellido es el nombre o transponer un apellido compuesto, porque puede dar lugar a un sinnúmero de problemas.
Esto ocurre porque en repetidas ocasiones encontramos personas cuyos nombres resultan difíciles de pronunciar, ya sea por su procedencia o porque simplemente no los habíamos oído antes. No obstante, al tratarse de niños, tal equivocación por parte de sus profesores puede tener un fuerte impacto en su identidad, al negarla, así como generarle ansiedad y resentimiento, lo cual colateralmente podría dificultar su desarrollo académico. Así lo señala la campaña mundial My Name, My Identity, la cual se menciona en un artículo de The Telegraph.
De acuerdo al equipo a cargo de esta iniciativa, ser parte de un mundo globalizado demanda un fuerte respeto por el otro. El doctor Yee Wan, director del Multilingual Education Services en el Santa Clara Country Office of Education (California, Estados Unidos) señala que “es importante que los niños se sientan orgullosos de quienes son y tener la habilidad de conectar con personas de diferentes lenguas y procedencias”.
Parte de esta campaña promueve que los escolares hagan videos hablando del origen de sus nombres y la manera correcta de pronunciarlos. Así se toma un primer paso hacia la aceptación de uno mismo y la defensa de la propia identidad.
Equivocarse al pronunciar el nombre de alguien no constituye una ofensa per se. Lo grave es reincidir en el error o tomarlo a la ligera y, más aún, mostrar rechazo ante el nombre de otra persona, pues esto ocasiona inseguridad y resentimiento, especialmente en niños. Es importante recordar que se encuentran en una etapa importante para la construcción de sus identidades, razón por la cual enfrentarse a situaciones como esta podría mermar su desarrollo.
Ken Blackstone, vocero del Santa Clara Country Office of Education, en entrevista con The Mercury, señala que “hacer el esfuerzo extra de llamar a una persona como esta prefiere y pronunciar su nombre correctamente es un pequeño paso que puede generar un gran impacto”
A nadie le agrada ser llamado de maneras distintas pues ocasiona confusiones, no solo para los demás sino, más importante, para uno mismo.
Así que la próxima vez que tengamos dudas sobre el nombre o apellido de una persona, preguntemos cómo se escribe o cómo se pronuncia para no afectar su identidad.
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