La apuesta por la agricultura urbana

Con el paso de los años  las ciudades se han encerrado en sí mismas, apartándose del campo con una estética donde el concreto ocupa cada espacio y lo verde parece haberse perdido. Sin embargo, poco a poco una nueva corriente empieza a abrirse paso. Se trata de la idea de traer el campo a la ciudad.

Como lo señala The Wall Street  Journal en su especial “Ancient German City Turns Public Spaces Into Gardens and Pastures”, en Andernach (una de las ciudades más antiguas de Alemania) el gobierno ha puesto a disposición diversos espacios públicos para ser empleados como campos de cultivo y pastoreo.

Este es un esfuerzo conjunto del municipio y Perspektive (organización sin fines de lucro que ayuda a migrantes desempleados a conseguir trabajo). A través de esta agencia, el municipio contrata entre 20 a 30 personas, dependiendo de la temporada, quienes se encargan del cuidado de los jardines y de los animales con el apoyo de los empleados de la Oficina de Desarrollo Urbano.

A pesar de no tratarse de una propuesta para cubrir las necesidades alimentarias de los ciudadanos, todo lo producido se vende en una tienda ubicada en la calle principal. Por otro lado, gracias a la renovación de los espacios públicos, incluso los lugares antes más abandonados se han transformado en áreas de encuentro y relajamiento para los residentes.

Así mismo, esto representa una oportunidad para educar a las personas en nutrición y naturaleza. Por ejemplo, estudiantes de una escuela secundaria han plantado pimienta y otras hierbas aromáticas para la fiesta de verano de su colegio. De acuerdo a Karin Keelan, profesora a cargo del proyecto estudiantil, “de alguna manera, esto promueve el respeto por la naturaleza”. 

Hay quienes no se muestran completamente a favor de esta iniciativa ambientalista pues señalan que no podría funcionar si se aplicara en una escala mayor y si no contase con el apoyo de Perspektive.

No obstante, es importante resaltar que la agricultura urbana, según la Food and Agriculture Organization de las Naciones Unidas, es practicada por alrededor de 800 millones de personas en el mundo y que, más aún, este tipo de prácticas forma parte del estilo de vida de las mega ciudades pobres en África y Asia.

Sería sumamente interesante que propuestas como esta fueran replicadas en otros países, particularmente en el Perú, donde las ciudades requieren ser reordenadas. Además, significaría una gran oportunidad de aprendizaje para todas las partes involucradas.