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¿Es el fin de la inmunidad parlamentaria?
Estamos próximos a que se instale un Nuevo Congreso de la República y todos los parlamentarios con credenciales gozarán por 5 años de la inmunidad legal en sentido amplio que es la modalidad vigente en nuestro país. Esto significa que no pueden ser perseguidos no solo por votar y hablar libremente en el Parlamento, sino por ningún delito comun, salvo que esta le sea levantada con una votación. Esto no es igual en todos los países, porque hay algunos donde los congresistas solo tienen derecho a la inmunidad legal para votar y hablar libremente en el Parlamento o el Congreso.
Esto explica que en nuestro país hayan habido congresistas come pollo, roba cable, con juicios con sentencias, problemas por defraudación en su declaración jurada, entre otros. También, permite que muchos congresistas puedan decir lo que quieran, incluso mentiras, sin que nadie pueda actuar contra ellos.
Quienes defienden el sistema, consideran que de no existir, en sistemas corruptos, los miembros de bancadas opuestas, o incluso el Poder Ejecutivo, podrían acusarse entre sí de falsas actividades ilegales para dañar la imagen del otro y ganar mayor poder. Si eso ocurriera, al no existir el beneficio, se podría afectar el bien común.
El problema es que los numerosos casos de corrupción que se observan en distintos países como Brasil o Egipto, han hecho que hoy en día esa inmunidad legal esté cuestionada en el mundo, sobre todo, aquella que tiene un sentido más amplio.
Recientemente, The Economist en su artículo titulado Why politicians are granted immunity from prosecution, daba cuenta de que ya hay algunos países que están tomando acciones para acabar con ella. Este es el caso de Turquía que levantó el derecho de inmunidad a más de 100 parlamentarios. Recep Tayyip, presidente del país, señaló que no se permitirían personas culpables de crimen alguno a cargo del Congreso.
Y es que eso está en juego, ¿Por qué los políticos tienen que estar por encima de la ley? No será, más bien, que algunas personas con antecedentes criminales están accediendo a la política para estar libres de cualquier tipo de acusación.
En 2014, en India, según señala el artículo, la tercera parte de los parlamentarios tenían cargos criminales, y actualmente, las tres quintas partes de congresistas en Brasil, tienen acusaciones de naturaleza criminal.
Pese a ello, por ahora, se considera que la inmunidad legal evita que los legisladores sean perseguidos por motivos políticos en sistemas con democracias débiles, lo cual explica que exista esta concesión legal.
El tema no está agotado y más bien, el futuro es repensar los alcances que debe tener la inmunidad parlamentaria.
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