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La clave para tener menos violencia

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Una investigación con niños de 132 países llegó a la conclusión que existe una relación entre el control del temperamento y la reducción de la pobreza en el mundo.
15 de junio de 2016
Red star
Por qué es importante
Los niños que no logran manejar esas cuatro capacidades tienen mayores posibilidades de desarrollar enfermedades mentales y comportamientos violentos.

En el Perú, la inseguridad interna es catalogada como uno de los problemas más importantes para la mayoría de los ciudadanos. Recientemente, la muerte de Elizabeth Cacsire, por robarle un celular, volvió a poner en debate lo que está detrás de tanta violencia.

Si bien sus tres asesinos ya estén con prisión preventiva, eso no le devolverá la vida, y más bien es un llamado de atención para buscar explicación de por qué cometieron tan atroz crimen de violencia sin tener ningún respeto por la vida.

Por eso es tan pertinente una investigación reciente que da cuenta de la importancia de trabajar el control de las reacciones agresivas y otras cuatro capacidades básicas desde la escuela con el fin de tener nuevas generaciones más sanas mentalmente, con mejores oportunidades en la sociedad y menos violentas.

Dana McCoy, profesora de Harvard Graduate School of Education, evaluó la relación que tiene enseñarles a los pequeños a controlar su temperamento con la reducción de la pobreza en el mundo, tal como lo señala un artículo de la National Public Radio (E.E.U.U) titulado “Why countries need to make sure their kids learn to play nice”.

La investigación midió cuán desarrolladas se encuentran 4 capacidades básicas (mantener  la atención, seguir direcciones simples, relacionarse con otros y controlar reacciones agresivas) en niños de los 132 países de ingresos medios y bajos alrededor del mundo. El resultado obtenido señala que 1 de cada 3 niños de entre 3 y 4 años (80 millones de niños) tiene problemas para desarrollar al menos uno de estos factores.

Para McCoy este es un resultado alarmante, pues estudios previos indican que aquellos que desarrollan efectivamente estas capacidades tiene un mejor desempeño en la escuela, son más sanos y económicamente activos en el futuro. Por lo contrario, aquellos que no lo logran son más propensos a abandonar los estudios y desarrollar enfermedades mentales y comportamientos violentos.

El equipo a cargo de la investigación estudió un informe de la UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) que brinda información sobre 100 000 niños de entre 3 y 4 años, de 35 países. Se concluyó que la pobreza tiene un gran impacto en el  crecimiento cognitivo de los niños al retardar el proceso debido, básicamente, a la malnutrición y violencia a las que se ven expuestos los pequeños.

Pero no todo son malas noticias. En Botsuana alrededor de 95% de los infantes sí logran desempeñar correctamente estas cinco capacidades. McCoy señala que vivir en pobreza no condena al niño a una vida de miseria emocional. “Lo que importa aquí en realidad es la oportunidad que tengan los niños de aprender en ambientes afianzados, sensibles y enriquecedores”, indica.

En Jamaica, un programa desarrollado en 1980, ensañaba a las madres juegos y otras formas de interactuar con sus hijos para estimular sus cerebros. Estudios posteriores encontraron que estos niños se convirtieron en adultos mejores educados y ganaban más dinero que los demás.

Quizá hagan falta más modelos como este, que ayuden a evitar que sigamos criando ciudadanos violentos.