IDEAS
El dilema de seguir una carrera
Esta es la época en que los chicos que acaban de terminar la educación secundaria se preparan para examinarse e ingresar a alguna universidad privada o pública para seguir una carrera.
Stefan Stern se pregunta en Ibtimes, si eso hace sentido teniendo en cuenta que el concepto de una carrera para siempre, cada vez está más cerca de quedar en el olvido.
Para Stern, los tiempos en los que los orientadores vocacionales les aseguraban a los jóvenes que la universidad era el camino para capacitarse y conseguir un trabajo para toda la vida, han dado paso a la economía de las máquinas y robots, así como al aumento del trabajo por cuenta propia.
Si bien no es posible generalizar que esto haya ocurrido en todas las familias de carreras, lo cierto es que cada vez más, la tecnología puede hacer casi todo lo que el ser humano hace. Hay algunas carreras donde esto todavía no ha ocurrido como la medicina o la educación, pero poco falta para que ello ocurra.
Tener una carrera, aun en la mejor de las universidades, ya no es una garantía de conseguir un trabajo. Ahora se compite con candidatos más experimentados, o con la automatización de las funciones.
Los expertos en recursos humanos plantean la necesidad de tener un enfoque no por títulos (ingeniero, economista, doctor) sino por las capacidades que necesitan y para eso son más importantes las competencias que los certificados. Y una vez que se consigue al talento que tenga esas competencias el desafío de las empresas es gestionarlo.
También advierten que hay que evitar inflar el talento, en referencia a las expectativas que tienen los CEOs de las empresas que esperan que la mayoría de sus empleados puedan ser calificados como talento. Para Stern, eso no es apropiado, porque si todos lo son, al final nadie lo es en realidad; y, es imprescindible poder identificar quién es el que finalmente agrega valor.
Cuando se analiza el tema desde la perspectiva de los trabajadores, también se advierte un cambio en la relación empleador/empleado porque los beneficios cada vez tienden a fidelizar menos a los trabajadores, por lo que debe estar preparados a una mayor movilidad del talento. Los ascensos ya no serán suficientes para crear lealtades, sino que se requerirá darle significado a las posiciones en la medida que permite un mejor desarrollo personal.
Así que cuando hables con tu hijo, hermano o sobrino sobre lo que quiere hacer después de terminar el colegio, no seas tan radical sobre las carreras profesionales y, explícale que en cualquier camino que elija, lo importante será ir desarrollando nuevas habilidades y competencias.
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