IDEAS
Los Qali Warma de África
Un reciente estudio del Banco Mundial sobre el que se da cuenta en un artículo titulado “Improving Africa’s School Feeding Programs: Analysis Sheds Light on Strengths, Challenges” señala la importancia de afinar y fortalecer el trabajo que se ha hecho con los programas de alimentación escolar que han ayudado a atender la problemática de la alimentación de los más pobres en África.
El documento base de este artículo está en el “Global School Feeding Sourcebook : Lessons from 14 Countries” donde se advierte que los beneficios no son solo a nivel de salud y en nutrición, sino también se reflejan en cosas como la asistencia al colegio. Para llegar a estas conclusiones, el estudio investigó los programas de 9 colegios en 9 países africanos.
Las principales conclusiones son que los mejores programas de alimentación cumplen con las siguientes características: responden a lo que la comunidad en específico necesita, son locales, e involucran a la comunidad de alguna forma.
En Kenia, más de 1.5 millones de niños son alimentados todos los días con el programa local. Sin embargo, además de alimentar a los niños, el programa también ocupa a 1,000 mujeres locales para que ayuden con las preparaciones. Lugares como Botsuana han implementado sus programas por más de 45 años, haciendo que los niños vayan a la escuela porque saben que además recibirán su comida, y que gracias a eso mejore la educación del país. Sin embargo, admiten que les falta mejorar cosas.
Cabo Verde ha mostrado siempre el deseo de mejorar, sin embargo, aún le falta encontrar mejores formas para llevar comida a quienes más lo necesitan. Un caso completamente distinto es el de Costa de Marfil, que cuenta con uno de los programas más exitosos de todo África. Además, ha conseguido que un gran número de niños vayan a la escuela y se queden. Su programa ha logrado un cambio en la mentalidad de muchos niños, promoviendo acciones como el lavado de las manos, buenos hábitos de alimentación, buenos hábitos nutricionales y prácticas higiénicas.
Una de las cosas interesantes de este análisis es que ya no se cuestiona la validez de los programas sociales de esta naturaleza, sino que ahora el análisis se centra en identificar las cosas que estos tienen en común, los desafíos y las buenas prácticas, como se advierte de las lecciones del documento base en 14 países.
El aporte de estas reflexiones es importante porque permitirá fortalecer y ampliar estos programas de alimentación escolar que en algunos países constituyen la única comida caliente que reciben los niños en el día.
Finalmente, hay que destacar que una de las reflexiones incluidas advierte que los programas más fuertes son los que han sido apropiados por la comunidad y los propios padres participan, todo lo cual ha sido recogido en el programa Qali Warma del Perú.
Publicar un comentario