PERSONAS
La verdad tras la ropa de marca
Es bien sabido que muchas empresas multinacionales que facturan millones de dólares al año fabrican sus productos en lugares alejados y pobres y que los trabajadores de sus fábricas son maltratados y expuestos a condiciones extremas. Un nuevo documental producido por Asia Floor Wage Alliance (AFWA), una asociación entre organizaciones sin fines de lucro y sindicatos asiáticos que trabaja para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores, permite una mirada al interior de esta realidad. Así lo señala Quartz en su artículo A documentary reveals the dismal conditions of garnment workers for major brands.
Las empresas que los contratan para fabricar las prendas de lujo que venden alrededor del mundo, generan ganancias millonarias que de ninguna manera son invertidas en brindarles a sus trabajadores una mejor calidad de vida. Los empleados viven en pequeñas viviendas sin baño ni agua, lo cual es indignante para Anannya Bhattacharjee, coordinadora internacional de la AFWA. “¿Creen que los trabajadores que producen ropa costosa para el mercado mundial deberían vivir como ratas?”, cuestiona.
Quartz señala que las marcas responsables de estos abusos podrían ser H&M, GAP y Walmart, las cuales son mencionadas en reportes previos.
Los salarios que reciben los trabajadores de estas fábricas no cubren lo que necesita una familia para vivir al mes. Una mujer, madre de dos hijos, que gana USD 160 mensuales, señala en el documental que esto no le permite solventar los gastos básicos. La AFWA lucha constantemente para que el salario mínimo sea incrementado para que las personas puedan costear gastos de alimentación, vestimenta, estudios, salud, vivienda, transporte, además de un pequeño ahorro en caso de emergencia. La idea es que los trabajadores puedan tener una vida decente, lo cual no costaría a las empresas más del costo de una camiseta (USD 0.10 ) por trabajador.
Por otro lado, reclaman que los trabajadores sean tratados dignamente, sin agresiones físicas ni verbales. Actualmente, al interior de las fábricas se registran ataques físicos como golpes e incluso violaciones. Además, las condiciones de los establecimientos no son si quiera salubres y seguras. La mayor evidencia es el caso de la fábrica Rana Plaza (Bangladesh, India) que colapsó en 2013, matando a 1134 personas.
El flujo de productos en el mercado es tan amplio que sería imposible descubrir, como simple consumidor, la procedencia de aquello que deseamos comprar. Lo que sí sería importante es que se sepan los nombres para los consumidores decidan si apoyan o no lo que hacen estas empresas con sus trabajadores.
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