IDEAS
Tinder se reinventa
Tinder es un ejemplo de la manera en que la tecnología está arraigada en las relaciones humanas. La aplicación comenzó con una idea sencilla pero triunfadora: el usuario ve imágenes de otros usuarios y, si uno de ellos le atrae, mueve su dedo a la derecha; y, si no, hacia la izquierda.
Lo interesante surge luego. Si dos usuarios indican que se gustan mutuamente, hacen “match”, y se activa una opción para iniciar una conversación. La aplicación se convirtió, para la gran mayoría de sus usuarios, en una plataforma para tener encuentros fugaces. Sin embargo, existen incontables historias de personas que encontraron el amor gracias a Tinder. Parte del éxito de esta se debe a que ofrece a sus usuarios una manera sencilla de decidir si otra persona les atrae o no. Pero, ahora, una nueva versión quiere reforzar el enfoque en las conversaciones, afirma el artículo de Wired, “Tinder’s New Desktop App Pushes You to Actually Talk to People”, sobre el que se inspira esta nota.
Tener la capacidad de conocer a cualquier persona significaba una enorme cantidad de posibilidades para los usuarios de Tinder. Además, creaba un patrón: gatillo, acción, recompensa e inversión. El gatillo en este caso era la soledad, el aburrimiento o la libido; la acción es moverse hacia la derecha o la izquierda; la recompensa es el match; y la inversión es el mensaje que se envía una vez que esto sucede.
Recientemente, los creadores de la aplicación anunciaron el lanzamiento de una versión web, la cual se encuentra en etapa de prueba en distintos países. Sin embargo, el ecosistema de la aplicación cambia significativamente. En la versión móvil, los mensajes están ocultos y se debe seleccionar un botón para entrar a ellos. Por otro lado, en la versión web, los mensajes ocupan un tercio de la página. Si bien parece un cambio mínimo, trae un sinfín de consecuencias.
Para comenzar, la interacción cambia, ya que la presencia constante de los mensajes puede llevar a los usuarios a querer enviar una mayor cantidad de ellos. Debido a esto, el ciclo se modifica ligeramente. El gatillo sigue siendo la soledad o la libido; pero, en este caso, el mensaje se presenta como la acción; la recompensa entonces es una respuesta; y, finalmente, la inversión es continuar con la conversación.
Tal parece que los creadores desean concentrarse más en el aspecto significativo de una interacción humana y tener como principal atractivo los rostros de personas en la versión móvil hace que las interacciones, fruto de la aplicación, se presenten como algo superficial. Por otro lado, tener los mensajes como principal atractivo, hace hincapié en la comunicación, cambiando completamente la lógica de Tinder.
Publicar un comentario