IDEAS
Políticas para crecimiento inclusivo
La Organización para la Cooperación y el Crecimiento Económico (OECD), conformada por 34 países de América, Europa y Asia, define “crecimiento inclusivo” como “crecimiento económico que crea oportunidades para todos los segmentos de la población y distribuye los dividendos de la prosperidad, en términos económicos y no-económicos, de manera justa en la sociedad”. De acuerdo a un reciente informe de esta organización, titulado “The Governance of Inclusive Growth”, para lograr un crecimiento inclusivo, los gobiernos deben procurar integración, cubrir las necesidades sociales y superar inequidades.
El documento señala que la inequidad de ingresos ha crecido velozmente en los últimos 30 años. En algunos países, la prosperidad económica ha originado que la clase media se ensanche y que la clase baja se reduzca, pero la diferencia de condiciones y acceso a oportunidades es mucho más marcada.
El factor de ingreso económico es solo un componente del crecimiento y también son importantes las acciones que permitan satisfacer las necesidades sociales de un país, como la educación, la vivienda, el trabajo, la salud, y, la calidad del sistema educativo que podría incluso salvar vidas, puesto que en promedio las personas mejor educadas viven 6 años más que aquellas que han recibido una educación de menor nivel. Esto se debe a no pueden acceder a herramientas que les permitan cuidar su salud o salir de ambientes de alto riesgo criminal, así como empleos que los motiven a desarrollarse cada vez más.
La propuesta de la OECD respecto al crecimiento inclusivo se fundamenta en tres aspectos: muldimensionalidad, enfoque en la distribución y políticas de impacto. El primer factor permite a los gobiernos ampliar el campo de visión y preocuparse no solo por los elementos monetarios sino en brindarle a la población mejor calidad de vida. En cuanto a la distribución, se debe buscar que no se acumulen bienes en un solo estrato económico; es decir, que no haya ricos súper ricos y pobres súper pobres, sino que cada persona reciba lo necesario para desarrollarse plenamente. Todo esto será posible a través de políticas de impacto que tomen en consideración todas las necesidades de la población y que permitan soluciones sostenibles.
Para que esto sea posible, se requiere un gobierno que sea capaz de lidiar con la complejidad que toda nación presenta en cuanto a la construcción de un Estado de bienestar. No se trata de aplicar un mismo modelo para todos los países ya que cada población está estructurada de manera diferente y aquellas soluciones que funcionaron en un lugar, no necesariamente tendrán éxito otro.
En el Perú, desde hace algunos años se apuesta por políticas de desarrollo inclusivo, pero aún queda mucho camino por recorrer.
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