IDEAS
Sudáfrica: del Apartheid a la corrupción
Desde 1994 las cosas parecían haber cambiado en Sudáfrica. Antes de eso el país era gobernado por un sistema basado en la segregación racial denominado “Apartheid” donde los “blancos” estaban contra los “negros”. Este último grupo era relegado a ciertos espacios exclusivos para su uso, como barrios, escuelas y zonas de recreación. Además, tenían prohibido ejercer el derecho al voto y casarse o tener relaciones con personas blancas. En 1912 se fundó el Congreso Nacional Africano (CNA) con el propósito de defender a la mayoría de raza negra del país. Este partido tuvo la mayoría de votos en los comicios de 1994, cuando se realizó la primera elección democrática donde participó toda la población sudafricana. Nelson Mandela, líder de la oposición contra el Apartheid, se convirtió en el primer Presidente de raza negra en Sudáfrica. Desde entonces el CNA ha gobernado el país. Pero en los últimos años se han cometido una serie de abusos, como la masacre de Lonmin (donde la policía mató a 30 mineros) que dan a la población la sensación de que un régimen parecido al antiguo se hubiese instaurado.
Recientemente, en Pretoria (una de las capitales de Sudáfrica) se desataron protestas que terminaron con incendios en toda la ciudad. Estos levantamientos son una respuesta a la arrogancia del gobierno actual que ha impuesto a un candidato poco avalado por los ciudadanos para el puesto municipal, así como una protesta contra la corrupción y el abuso de poder del presidente Jacob Zuma, a quien la Corte Suprema le ha ordenado devolver el dinero estatal que usó para remodelar su mansión y que se resiste a que se reabran 783 juicios de corrupción en su contra, alegando que se trata de una conspiración en su contra, según lo reporta un artículo de The Times, titulado “Zuma’s Unpaid Bill”, sobre el que se basa esta nota.
Sudáfrica ha reducido sus índices de pobreza pero los niveles de desigualdad de ingresos se mantienen. De acuerdo a Oxfam (confederación internacional formada por 17 organizaciones no gubernamentales que realizan labores humanitaria en 90 países), las dos personas más ricas en el país tienen en total una fortuna igual a la suma de la mitad más pobre de la población.
Sin embargo, la baja popularidad de Zuma no representa nada para su partido, ya que incluso luego de que la mayor parte del parlamento no le dio su confianza, el CNA no lo reemplazó en las elecciones de 2014. Las acciones del presidente sudafricano han demostrado que el liderazgo no es una de sus cualidades, sino que más bien pone sus intereses por encima de los de su pueblo. Será muy difícil que los otros partidos políticos logren hacer algo al respecto pues la CNA es mayoría política, pero no es imposible.
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