Logo oe

Propiedad intelectual: una patente que cambiará la historia

Larger 1
Arrow red
La diferencia de los alcances de los investigadores es que Doudna lo dejó en hipótesis y Zhang consiguió probar el método, además de registrar primero la patente.
01 de agosto de 2016
Red star
Por qué es importante
Los abogados de la Universidad de California en Berkeley presentaron una reclamación en nombre de Doudna ante la Oficina de Patentes y Marcas de EE.UU. para quitarle a Zhang los derechos sobre el método.

En la película Gattaca (1997), la humanidad ha progresado hasta el punto en que las nuevas generaciones de personas son la mejor versión de sí mismos porque se seleccionan los mejores espermas del padre y los mejores óvulos de la madre, con lo cual se realizan selecciones perfectas. Si bien la película es del género de ciencia ficción, pronto podría convertirse en realidad.

Esto se debe a que se ha descubierto un método que podría cambiar la ciencia y la raza humana como las conocemos actualmente. El método Crispr-Cas9 está hecho y diseñado para editar genes con propósitos de salud y no para elegir el color de ojos u otro rasgo por motivos estéticos. Por lo menos, así lo señala un interesante artículo de Bloomberg titulado “How Feng Zhang’s/Jennifer Doudna’s gene editing technique will change the world.

Sin embargo, un descubrimiento tan importante no podía estar exento de problemas y, detrás del Crispr-Cas9, hay dos investigadores que reclaman la paternidad sobre la patente de esta innovación.

Se trata de Feng Zhang y de Jennifer Doudna. Doudna empezó a investigar el RNA (Ácido Ribonucleico) y como éste afecta a los genes, cuando toda la comunidad científica estaba concentrada en averiguar los misterios del ADN. El RNA siempre ha sido visto como algo que obedece al ADN, por eso nadie le prestaba mayor importancia. Sin embargo, en 2011 Doudna se unió con Emmanuelle Chgarpentier, quien le habló del Crispr y cómo este podría cambiar bacterias. De esta forma, unieron fuerzas y empezaron a investigar hasta que establecieron cómo sería hipotéticamente su uso.

Por su parte, Feng Zhang, averiguó algo más tarde la relación entre el Cas9 y el Crispr, pero desde ese momento no se detuvo en ningún momento hasta que experimentó y demostró, más allá de la hipótesis, que el método Crispr-Cas9 no solo funcionaba, sino que podía cambiar la historia de la humanidad.

En 2014, Zhang obtuvo la primera patente sobre el CRISPR-Cas9, y en 2015, los abogados de la Universidad de California en Berkeley presentaron una reclamación en nombre de Doudna ante la Oficina de Patentes y Marcas de EE.UU. Nadie sabe cuál será la decisión final sobre lo que muchos consideran el invento biológico de nuestra época. La decisión impactará en las industrias que esperan poder desarrollar comercialmente la patente y, por supuesto, en el futuro de la evolución humana.

Los expertos sugieren que Zhang tiene a su favor que su objetivo es encontrar formas de eliminar enfermedades y mejorar la calidad de vida, a partir de ella.