HISTORIAS
Escándalo por estafa a Medicare
Una red de centros de atención médica especializada con asistencia para personas mayores o con algunos problemas de adicción en Miami, es hoy el centro de una polémica estafa que habrían diseñado tres individuos que usaron una red de médicos, hospitales y proveedores de atención en el Sur de Florida para facturar incorrectamente más de USD 1 mil millones a Medicare y Medicaid.
Recientemente, el Departamento de Justicia de Estados Unidos difundió los cargos que se están haciendo por la estafa, según el artículo “Justice Department Charges Three in $1 Billion Medicare Fraud Scheme in Florida” de The Wall Street Journal.
El caso gira en torno a Philip Esformes, un operador de salud de 47 años, el cual es acusado de llevar una vida llena de lujos, donde hay jets privados, un reloj de USD 600,000, encuentros con damas de compañía en cuartos de hoteles, y una cancha de básquet privada para su hijo, con dinero procedente de la estafa y de los sobornos que recibía de los proveedores por derivarles pacientes. Las acusaciones señalan que junto con dos cómplices, armó una red de estafa en la cual personas que buscaban ayuda se veían envueltas en un círculo vicioso donde recibían tratamientos médicos innecesarios y a veces perjudiciales.
Se trata de Philip Esformes, junto con Odette Barcha, directora de programas de salud del hospital comunitario Larkin; y Arnaldo Carmouzem, un asistente médico.
Lo que hacían era involucrar a personas a una especie de ciclo en el cual los centros de Eformes les brindaban ayuda médica aunque ni siquiera estuvieran calificados para dar esa clase de ayuda y los clientes no la necesitaran, con el fin de posteriormente cargarla a Medicare y Medicaid.
Eformes y sus cómplices llegaban a prescribir opiáceos a sus clientes, incluyendo OxyContin y fentanilo para incentivarlos a mantenerse como sus clientes.
Estos hacían que se volvieran adictos y se vean obligados a regresar a alguno de los centros pertenecientes a Eformes. De esta forma lograron armar una estafa cíclica que se retroalimentaba de los mismos clientes para estafarlos constantemente. Además, los presuntos estafadores también pedían ayuda de más a los programas para conseguir más dinero.
En resumen, la estafa no sólo ha afectado al sector de salud estadounidense, sino que además, ha dejado peor de lo que empezaron a muchísimas personas que quizás no necesitaban ayuda en absoluto.
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