NÚMEROS
El drama de la falta de competencia para los pobres
Para que todo mercado de bienes, primarios o no, funcione de manera correcta y fluida debe existir competencia entre los actores del mercado. La competencia asegura que las empresas procurarán ofrecer el mejor producto al mejor precio, lo cual es beneficioso para los consumidores. Sin embargo, también hay que asegurarse que los ofertantes no se pongan de acuerdo en realizar prácticas desleales como fijar precios, distribuirse mercados, con el fin de obtener mayores ganancias en perjuicio de los consumidores.
Mientras que en muchos países, principalmente aquellos con economías desarrolladas y bien estructuradas, existen entidades que regulan y supervisan la competencia entre ofertantes, África no las tiene. Sin embargo, sus mercados se caracterizan por gran presencia de monopolios y oligopolios, lo cual significa que uno o pocos ofertantes son dueños del mercado y que hay barretas para que nuevos productores ingresen al mercado.
Los precios establecidos por los ofertantes al por menor, es decir, aquellos que venden directamente al consumidor final, en el caso de los 10 principales productos básicos en África (arroz, harina, mantequilla y leche, entre otros) son al menos 24% más elevados que en otras partes del mundo, lo cual afecta a los más pobres.
Por otro lado, el continente sufre la presencia de numerosos cárteles en productos de primera necesidad, que condicionan el mercado de distintas formas y perjudican a los consumidores.
El Banco Mundial y el African Competition Forum han trabajado en conjunto para la elaboración del informe titulado “Breaking down barriers: Unlocking Africa’s potential through vigorous competition policy”. El propósito de dicho documento es “resaltar el importante progreso de África en crear instituciones más eficientes y resaltar las áreas en las que se debe prestar mayor atención con el fin de promover una competencia vigorosa en mercados claves de la región”.
El papel de las autoridades en la promoción de un mercado con mayor competencia es de suma importancia, porque son estas las que pueden fomentar prácticas comerciales leales y supervisar y corregir aquellas que no se ciñan a la ley.
El panorama comercial que hoy se percibe en África es el resultado de los esfuerzos de muchos gobiernos para implementar leyes de competencia, y, se ha avanzado porque en 15 años el número de leyes pro competencia se han triplicado, pasando de ser apenas 13 en 2000, a ser 32 en 2015. Sin embargo, aún queda mucho trabajo por hacer.
El problema para avanzar a un mejor ritmo es que las autoridades a cargo del control y promoción de la competencia en África deben enfrentar diversas carencias tanto en términos económicos como de capital humano. En promedio, las autoridades cuentan con un equipo de 21 trabajadores, pero 9 de ellos solo cuentan con 10 colaboradores. Por otro lado, el presupuesto anual promedio asignado a estas autoridades es de USD 0.5 millones. Esta cifra no es suficiente a pesar de haberse incrementado en 39% en los últimos 4 años.
El informe destaca el desafío de ampliar la agenda de políticas de competencia porque impactan directamente en los más pobres.
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