IDEAS
El impacto de la luz artificial en la salud
En el mundo cada vez se usa más luz artificial. Sin que las personas se percaten de ello, cuando llegan a sus oficinas, son pocos los que no encienden las luces para poder trabajar porque cada vez las construcciones tienen menos acceso a luz natural, o, porque los inviernos son cada vez más oscuros.
Lo que nadie sabe, es que este hábito que se ha creado de casi depender de la luz artificial para realizar la mayor cantidad de actividades cotidianas no sería tan bueno para la salud, según da cuenta un reciente artículo de Quartz, titulado “Sleeping with your light on could mess with your body clock and accelerate aging”.
Según detalla el artículo, un aproximado de cuatro quintos de la población mundial es expuesta diariamente a la luz artificial y estudios previos han encontrado que esto puede generar efectos que van desde poco sueño, hasta un aumento en el riesgo de cáncer de mama.
Por eso, han llamado la atención los resultados de un reciente estudio publicado en AJHG, titulado “Environmental 24-hr Cycles Are Essential for Health”, el cual investigó los efectos en la salud de los ratones al ser expuestos a luz artificial durante cierto periodo de tiempo, con el fin de analizar posteriormente si esto también ocurriría con los seres humanos.
En dicho estudio, los científicos expusieron a más de 100 ratones a luz artificial por 24 horas durante 24 semanas. Un grupo similar fue expuesto a luz natural en ciclos similares. Se observó que los animales podían dormir sin importar la luz porque cerrando los ojos disminuían la potencia de la luz a un séptimo, pero no se eliminaba completamente la misma. Por ello, para entender mejor los resultados, los científicos insertaron electrodos en los cerebros de los ratones para medir cambios en el cerebro.
Al finalizar el estudio, se descubrió que el ciclo normal de 24 horas de los ratones expuestos a la luz artificial constante se incrementaba a 25,5 horas. Esto significa que sentían sueño una hora y media más tarde de lo habitual, porque de alguna manera se afectaba su reloj interno, el cual es un efecto propio del envejecimiento. Además, se encontraron otros efectos de este como la disminución en la densidad de los huesos.
Si bien los científicos dicen que esto podría ser porque 24 semanas es casi un sexto de la vida del ratón, de todas formas, se dejó en evidencia que la luz artificial produjo una aceleración en el envejecimiento.
Los investigadores creen que en los humanos no habrían efectos tan graves, o, que al menos podrían manifestarse de forma más lenta.
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