IDEAS
Lo que no se sabe de los repelentes
Existen épocas del año en que algunas zonas particulares tienen mayor presencia de insectos. La mala suerte es que son aquellas donde el clima y el paisaje resultan más atractivas para pasar el tiempo al aire libre.
Algunos de estos insectos son más o menos invasivos y molestos. Las hormigas, mariposas y abejas suelen ser menos molestas. Los que sí requieren atención porque afectan nuestra concentración e interrumpen la tranquilidad, son los mosquitos y zancudos. Esto tiene que ver con el hecho que les encanta la sangre humana y molestarnos es parte de su vida. Por suerte, existe el repelente.
Lo que pocas personas saben es de qué está hecho este producto que evita que mosquitos y zancudos se nos acerquen cuando estamos al aire libre.
Precisamente, un reciente artículo de EcoWatch, titulado “6 Things You Should Know About Bug Repellent”, explica algunas cosas poco conocidas de este producto que nos salva de las picaduras.
Los repelentes tienen dos tipos de ingredientes: activos e inertes. Los activos son todos los químicos que componen el producto y deben aparecer identificados en el frasco. Los inertes, por otra parte, son todo el resto de químicos que comprenden el repelente, como solventes y preservativos, estos no es obligatorio que figuren en la etiqueta.
Existen ingredientes activos que pueden ser peligrosos. Un ejemplo de estos es el PEET, que puede irritar la piel y es neurotóxico, entre otras cosas; la ciflutrina, que es tóxica para los invertebrados acuáticos, abejas y peces; y, los piretroides que son una clase de químicos que han sido vínculados con carcinogénicos.
Luego están los ingredientes inertes que también pueden ser peligrosos. El artículo afirma que la US Enviromental Protection Agency, ha aprobado 3.000 ingredientes inertes, pero existen otros como la naftalina, que han sido vinculados con el cáncer.
La alternativa a repelentes que contengan estos dos tipos de componentes son las preparaciones naturales como el Kasmatology Bug Repellent Balm que está hecho con una mezcla de hierbas, aceites esenciales y aceite de coco.
Y finalmente, están el eucalipto, la hierba de limón, aceite de clavo, y la citronela que sirven para evitar a los molestos y muchas veces inoportunos mosquitos y zancudos.
Lo que el artículo plantea es que hay que tener cuidado con los insectos, pero a veces el remedio puede ser peor que la enfermedad. Por eso, hay que aprender a mirar las etiquetas para saber lo que estamos usando.
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