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La firma genética de la regeneración

Larger zebrafish
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El estudio fue realizado a partir de aletas caudales del pez cebra, las aletas pectorales del pez de caña, y las patas delanteras del ajolote.
19 de agosto de 2016
Red star
Por qué es importante
Los hallazgos servirán de base para futuros estudios sobre reprogramación celular natural en el contexto de una lesión.

Si bien hay diversas imágenes que describen lo que ocurre cuando una persona agarra a una lagartija por la cola, es imposible no sorprenderse con la forma en que la cola se desprende repentinamente para que la lagartija pueda escapar, lo cual muy pocos seres vivos en la naturaleza pueden hacer.

Como bien dice el artículo “A Conserved MicroRNA Regulatory Circuit Is Differentially Controlled during Limb/Appendage Regeneration” de PLOS, esto se debe a que la cola de la lagartija se puede regenerar.

Los investigadores Benjamin L. King y Viravuth P. Yin hicieron un estudio en el cual investigaron tres diferentes especies, las cuales se separaron evolutivamente hace 420 millones de años, pero que tienen capacidades regenerativas.

El estudio tenía como objetivo indagar sobre el proceso de regeneración natural.

Las tres especies y las partes regeneradas elegidas para el estudio fueron: aletas caudales del pez cebra, las aletas pectorales del pez de caña, y las patas delanteras del ajolote. Estas tres especies comparten la capacidad de la formación de un tejido no diferenciado, denominado blastema que sirve como reserva de tejido regenerativo. Si bien esto es sabido, los investigadores se concentraron en encontrar los genes que acompañan la formación del blastema.

En el estudio se encontró un grupo de 5 microRNA en los cuales había secciones únicas. Luego de separar el grupo de microRNA, los investigadores llegaron a la conclusión de que son estas partes no compartidas por el ser humano las que ayudan a que se forme la blastema.

Y es que la capacidad de regeneración no es extensiva a los mamíferos, pero está más presente en los anfibios y los peces teleósteos. La clave es la formación del tejido mencionado como blastema, por lo que se quería identificar la firma genética que acompañara la formación de ese tejido para analizar la posibilidad de que pueda ser reproducido.

Los hallazgos servirán de base para futuros estudios sobre reprogramación celular natural en el contexto de una lesión que permitan dar luces sobre las posibilidades de que la ciencia permita hacia futuro lograr lo mismo en seres humanos.