IDEAS
La influencia de los genes en la hora que te levantas
¿Conoces a alguien que recién logra conciliar el sueño a eso de las tres de la mañana? Es probable que no.
Es un fenómeno extraño, sin embargo, existente. Podríamos decir que es una tercera opción entre ser una persona que prefiere la mañana como pico de su productividad y una que prefiere la tarde y la noche para lo mismo. Las personas que se duermen a las tres de la mañana son aquellas que vemos en clase como si hubieran salido de fiesta la noche anterior y esta hubiera terminado una hora antes de la misma. Son esas personas que a las 9 de la mañana están más dormidas que despiertas y no pueden hacer nada al respecto.
En su artículo “If you´re just not a morning person, science says you may never be”, el portal Vox ha hecho un recopilatorio de las razones por las cuales dormirse a esa hora no es una opción sino más bien, algo inevitable. En este, señala que aproximadamente entre 30% y 50% de las personas suelen dormirse a las 23.00 horas y levantarse a las 7.00 horas sin ninguna dificultad. Otro 40% suelen ser una especie de combinación (se acuestan una hora más tarde y se levantan una o dos horas más tarde). Ahora, hay un tercer y cuarto grupo de personas. El 0,2% de la población corresponde al tercer grupo que tiene fase retardada del sueño (se acuestan en la madrugada y se levantan tarde en la mañana, o, recién en la tarde). El cuarto grupo es lo contrario, se acuestan a las 20.00 horas y se levantan antes que nadie. A esto se le llama fase de sueño avanzado y es más aceptado por la sociedad.
Los factores que hacen que esto no solo suceda, sino que sea extremadamente difícil de cambiar son los siguientes:
- Los genes. Absolutamente todo dentro de nuestro cuerpo tiene un reloj interno que obedece a nuestro ritmo circadiano, que a la vez responde a nuestros genes.
- Nuestro reloj interno. Hay anomalías que hacen que estos duren media hora más, retrasando todo.
- La luz solar o cualquier tipo de luz hace que nuestro cerebro quiera despertarse.
Ahora, el problema con todo esto es que nuestra sociedad (y la mayoría de trabajos) funciona con una estructura base. Trabajas de 9 a 18.00 o algo parecido. Para personas con fase retardada del sueño esto resulta sumamente difícil, ya que a esa hora se encuentran en su etapa de sueño profundo, por lo que la pasan mal cuando se incorporan al modelo normal.
El artículo concluye señalando que debido al inmenso esfuerzo que se requiere para cambiar ligeramente nuestro ritmo y horario de sueño, quizás lo mejor sería implementar nuevas formas de trabajo para que estas personas puedan seguir el ritmo natural de sus vidas.
¿Tú que piensas?
Publicar un comentario