IDEAS
Las recompensas para los delatores
El sistema de recompensas a cambio de información es usado en todo el mundo y con propósitos distintos. En nuestro país, recientemente se está utilizando para capturar a los más avezados delincuentes que se encuentran no habidos para la policía, y está funcionando bastante bien.
También se usa para detectar a empresas que realizan prácticas ilegales, por lo que muchos gobiernos han dictado normas que permiten reconocer recompensas a los empleados que denuncien a dichas empresas. Así, lo ha hecho el gobierno de Estados Unidos, según señala el artículo de Quartz “To encourage others, the US has paid more than $100 million to just over 30 corporate whistleblowers”.
A diferencia de las recompensas que se ofrecen en el caso de delincuentes de poca monta, en el caso de las cifras que ofrece la US Securities and Exchange Commission (SEC), las recompensas pueden ser millonarias.
Y es que los delitos que pueden cometer las empresas exigen estudios rigurosos de los movimientos de la empresa, las infracciones cometidas, la información ocultada, entre otros. Cuando el delator ayuda a conseguir toda la información, la entidad está dispuesta a pagar una enorme cantidad de dinero. Hace pocas semanas, se le pagó a un ex trabajador de Monsanto más de USD 22 millones, en lo que constituye el segundo pago más grande realizado hasta la fecha, después del que se hizo a un ciudadano extranjero por USD 30 millones.
El Congreso de Estados Unidos creó la SEC en el 2011 y desde entonces, esta ha pagado más de USD 100 millones a un total de 300 delatores de empresas grandes. El atractivo del dinero es tan grande, que la entidad ha recibido hasta información falsa de gente que quería aprovecharse del sistema.
A la fecha, un total de 14 mil personas de los 50 estados y de 95 países extranjeros han participado del programa de entrega de información. Un dato importante es que no se exige que los delatores sean estadounidenses.
Este dinero procede de las propias multas que aplica la SEC, que ha recaudado unos USD 500 millones gracias a los delatores, así que “del mismo cuero sale la correa”.
Para el gobierno, es importante distinguir que estas infidencias que cometen los empleados no pueden valorarse como deslealtades que descalifican a estos, sino que hay que verlos como actos criminales en los cuales estos empleados no están dispuestos a ser cómplices.
Así que será mejor estar alertas.
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