IDEAS
La inmunoterapia
El cáncer es una enfermedad inevitable. Las condiciones necesarias para que se desarrolle solo se tienen que dar una vez y el resto es historia. Además, muchos expertos en el tema han teorizado que mientras más años vivimos, mayores son las posibilidades de que nuestro cuerpo desarrolle algún tipo de cáncer.
Felizmente, a lo largo de los años se han desarrollado distintas formas de combatirlo.
Dado que se trata de una enfermedad agresiva, se ha optado porque el tratamiento también lo sea. Es así como encontramos ejemplos como la quimioterapia, en la cual se bombardea el cuerpo humano de sustancias químicas para tratar de combatir el cáncer. El problema con este tipo de terapias es que funcionan pero a costo de dañar el resto del cuerpo. Afortunadamente para algunos, la inmunoterapia se inventó hace algunos años, aunque no termina de convencer al mundo afirma el artículo de NPR, titulado “Cancer Immunotherapy At A Crossroads”.
La inmunoterapia es un tratamiento en el cual, por medio de medicamentos, se hace que el sistema inmunológico se concentre en una parte específica del cuerpo (en la cual se encuentra el cáncer) y la combata naturalmente. El problema es que no todos los pacientes reaccionan positivamente a ella.
Por ejemplo, los pacientes sufren cosas como mareos y nauseas. El verdadero problema es que no funciona para todas las personas. Debido a esto, algunas clínicas que habían decido implementarlo e invertir en ofrecer este tipo de terapias, quitaron el dinero que habían destinado para su desarrollo y aplicación.
Otro problema con este tratamiento es su costo. Según el artículo, algunas inmunoterapias pueden llegar a costar USD 100,000 al año, precio que se encuentra fuera del alcance de muchos estadounidenses. Por ejemplo, el medicamento inmunoterapéutico Yervoy está valorizado en USD 157.46 el miligramo. Esto lo hace 4,000 veces más caro que su equivalente en oro.
Estos y otros elementos negativos han hecho que muchos doctores y clínicas empiecen a preguntarse si usarlo como la primera opción es lo mejor.
El cáncer no es una enfermedad que pueda tomarse a la ligera, por lo que uno no puede darse el lujo de experimentar.
Por ello, el desafío es que se cree algún mecanismo para detectar cuál es el mejor tratamiento para cada tipo de caso. Sin embargo, eso tampoco es muy sencillo.
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