NÚMEROS
Japón y su exceso de vírgenes
Si bien en algunas culturas, la virginidad es un valor preciado, a la larga puede llegar a ser un problema que afecte la estructura demográfica que necesita un país para desarrollarse.
Por lo menos, eso es lo que parece estaría ocurriendo en Japón, según da cuenta The Washington Post en su artículo “Japan has a worrying number of virgins, government finds”, en el cual señala que en el país del Sol Naciente, hay un número excesivo de jóvenes solteros y, de vírgenes.
Una encuesta realizada en junio de 2015 y difundida hace poco, por el Instituto Nacional de la Población y la Seguridad Social de Japón, encontró que de la población japonesa que tiene entre 18 y 34 años, el 70% de los hombres y el 60% de las mujeres no se encuentra en una relación. Además, el 42% y el 44.2% respectivamente, admitieron seguir siendo vírgenes.
No es una cifra pequeña, 7 de cada 10 hombres de ese rango de edad no han tenido aún ninguna relación con mujeres. Solo para darse una idea, en Alemania, sólo el 20% de los menores de 20 años no habían tenido aún relaciones sexuales, y en un país socialmente más conservador como Turquía, este índice es del 37%.
Lo anecdótico de estos datos es que Japón no aparenta ser este tipo de sociedad, a la luz de la presencia del sexo en los mangas, revistas o carteles publicitarios, así como por el próspero negocio que es la pornografía en ese país.
El problema con esto es que parece que se ha vuelto una tendencia desde 1997, según señala el artículo. En ese año, se encontró que 48.6% de los hombres y 39.5% de las mujeres no estaban casados. Luego, en el 2010 se encontró que el 36.2% de hombres y el 38.7% de mujeres entre 18 y 34 años de edad, afirmaban seguir siendo vírgenes.
Ahora, las autoridades han empezado a prestar atención a estas cifras que se asocian al número decreciente de personas en relaciones y sexualmente activas con un boom en su industria, que lleva a cada vez a más personas a ver el trabajo y sus metas personales como lo principal en su vida.
Como consecuencia de esto, hay un bajísimo índice de natalidad y el envejecimiento progresivo de la población japonesa.
La obsesión por sobresalir profesionalmente, labrarse un futuro y generar mayores ingresos está afectando el interés de los ciudadanos por formar una familia y tener hijos. Esto ocurre también en otros países desarrollados, que ven reducir la tasa de natalidad.
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