IDEAS
Reglas para el Crowdfunding
Gracias al internet, los pequeños negocios emergentes o startups, han encontrado nuevas formas de conseguir dinero. Y es que las redes sociales permiten comunicar todo, muchas personas han optado por promocionar sus productos a través de ellas. Sin embargo, algunos prefieren hacer el pedido de dinero más formal y crean una cuenta de crowdfunding.
Su nombre lo explica todo, se trata de buscar financiamiento de una red de personas, las cuales muchas veces donan poca plata, pero si lo hacen masivamente se puede llegar a la meta deseada. Sin embargo, el mundo del crowdfunding no es tan sencillo como parece. No se trata simplemente de introducir unos cuantos datos y luego sentarse a observar cómo llegan las donaciones millonarias. Muchas veces, sucede todo lo contrario, afirma el artículo de SwissInfo “Crowdfunding: el público no siempre es un socio fiable”.
En el caso de Suiza, por ejemplo, uno de los temas que más recibe plata gracias al crowdfunding es la cultura. Las personas donan mucho a proyectos musicales o de arte, pero el mismo principio de dificultad se aplica.
Por ejemplo, el grupo Fred&Walt era un proyecto donde dos amigos escribían canciones y luego artistas de Zurich las tocaban. Luego de recopilar canciones, decidieron acudir al crowdfunding para obtener el dinero que necesitaban. Para hacerlo, grabaron un vídeo gracioso y se promocionaron por redes, acudiendo también a vender de manera personal el proyecto. Haciendo todo esto consiguieron más de lo que necesitaban.
Sin embargo, otro caso de la misma índole porque se trataba de conseguir fondos para un musical fue el de Helene Haegi, directora de un corto que quería que dos coros graben una canción y destinar lo que se gane a organizaciones públicas. Su campaña fue un fracaso. Para comenzar, su público objetivo era adulto, los cuales no son muy afines a las redes y no confían mucho en los pagos virtuales. Además, afirma que le costaba saber cómo dirigirse a las personas ya que la línea entre la promoción y el acoso es sumamente delgada.
¿En qué se diferencian ambas campañas?
En el caso de la primera, los jóvenes sabían y conocían más de las redes en las que se movían y entendían mejor los principios del crowdfunding. Además, tenían más de una persona trabajando en promover la formación de la red de financiamiento. El segundo caso fue todo lo contrario. Haegui misma era poco afín a las redes y no tenía conocimiento de cómo relacionarse con su público y se planteó metas poco realistas.
Si bien estos ejemplos tampoco son un manual que se debe seguir al pie de la letra, sí es cierto que pueden servir como ayuda para alguien que recién está empezando de cómo hacer y no hacer ciertas cosas, cuando se pueda hacer Crowdfunding en nuestro país.
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