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Salmón en cautiverio vs salmón silvestre
De acuerdo a los pronósticos de las Naciones Unidas en 2050, el mundo tendrá una población de más de 9 mil millones de personas, lo cual significa que se requerirá mayor cantidad de alimentos de lo que seremos capaces de producir. En un escenario como ese, la pesca extractiva no será suficiente para abastecer las necesidades de proteína de la población.
Por eso, cada vez más se apuesta en la acuicultura como fuente de recursos, en la medida que permite la reproducción masiva de ciertas especies bajo ambientes controlados, asegurado estándares que exigen los mercados. Sin embargo, hay quienes advierten que las especies que se crían en cautiverio no son “naturales”, en la medida que son modificadas para acelerar su crecimiento, según señala un artículo de EcoWatch, titulado “Farmed Salmon Delivers Half the Omega-3s of Five Years Ago”.
En este artículo se analiza el caso del salmón que es un pescado muy popular que se consume en los EE.UU. a razón de 1.04 kg por persona al año.
Las principales preocupaciones que se han generado sobre el salmón que se cría en cautiverio son las siguientes:
Los salmones son criados en ambientes que terminan siendo insuficientes para los tamaños que logran alcanzar por lo que se convierten en focos de infección del piojo de mar, el cual puede ser letal para las crías del salmón y, actualmente, está invadiendo a la población de salmones silvestres en Alaska.
La experiencia con algunos salmones que se han escapado de cautiverio y han empezado a procrear con salmones salvajes es negativa. La principal razón es que los salmones de piscigranjas están condicionados para crecer rápido y grandes.
La grasa del salmón es de donde provienen sus beneficios, ya que es rica en omega-3. Si bien ambos tipos de salmón tienen la misma cantidad de colesterol, los modificados tienen la mitad de grasa que los salvajes. Los expertos están preocupados por los genes que transmite el salmón modificado a las nuevas crías.
La población de salmones salvajes está en franca disminución, lo cual podría significar que la acuicultura tenga que entrar a llenar este vacío. Sin embargo, los problemas antes mencionados dejan en duda si es que esta es la mejor idea para resolver el problema de la sobre pesca.
No obstante, la acuicultura es lo que está permitiendo en muchos países seguir disfrutando de algunas especies que hoy se han vuelto escasas o sumamente costosas.
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