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El riesgo de los incentivos del capital de riesgo
Un interesante artículo de Quartz, advierte sobre lo peligroso que puede llegar a ser que una startup que recién empieza en el mundo de la tecnología, se convierta en una líder en la producción de alimentos como: mayonesas, hamburguesas vegetarianas, sustitutos de lácteos, hasta kits de comida o servicios de entrega novedosos.
Por lo menos, así lo plantea en su artículo titulado, It’s dangerous for all of us when food companies are also tech startups, donde lista una serie de casos que han generado esta preocupación.
Y es que el mayor interés por la seguridad alimentaria exige que las empresas vayan poco a poco, en lugar de desesperarse por atender la mayor cantidad de demanda que sea posible para satisfacer a los capitalistas de riesgos que tienen detrás.
Muchos de estos últimos olvidan que detrás de los alimentos no hay códigos sino productos que son perecederos y que requieren controles de seguridad y calidad. El resultado es que terminan equivocándose.
Blue Apron, por su prisa de ampliar la oferta productiva y escalar sus operaciones, contrató a trabajadores no calificados para su planta principal en California y fue merecedor de gran cantidad de multas por contratar a trabajadores no calificados.
Soylent se tuvo que enfrentar a una serie de demandas de grupos ambientalistas.
Hampton Creek con su mayonesa vegana sufrió acusaciones de sus ex empleados por brindar presuntamente información falsa sobre la fecha de caducidad de su producto. Además, está bajo una investigación federal por comprar su propio producto de los estantes para simular una mayor demanda.
Y es que a diferencia de otros sectores donde es posible pisar el acelerador a nivel de pruebas, permisos y estrategias de comercialización, en el caso de los alimentos, está de por medio la vida de las personas, lo que obliga a ser el doble de cuidadosos con las decisiones que se toman.
Si bien para algunas empresas de Silicon Valley puede ser rápido subir, la caída puede ser igual de rápida si no se comprende bien las exigencias del sector de la alimentación y los stakeholders que están detrás del mismo, tanto desde el lado del estado como de los consumidores.
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