HISTORIAS
Moda peligrosa: uso velas
La idea de cenar a la luz de las velas suele ser asociada con ocasiones románticas que por su connotación especial, suelen ser poco frecuentes. Probablemente, por eso hasta ahora nadie se había molestado en analizar el riesgo del uso de velas en estos eventos.
Sin embargo, un nuevo estilo de vida denominado “hygge” y que se ha convertido en una tendencia en Dinamarca, ha llamado la atención de los expertos por el uso intensivo de velas de manera cotidiana para conseguir la paz y equilibrio que promueve.
Al respecto, un reciente artículo de The Independent, titulado “New 'hygge' lifestyle trend relies on lighting so many candles it could cause breathing problems, experts warn”, ha puesto la atención en que el uso intensivo de velas en el hogar puede tener implicancias en la salud de las personas.
Como se sabe, la palabra “hygg” significa comodidad y el estilo de vida que fomenta consiste en alcanzar un estado en el cual “todas nuestras necesidades psicológicas se encuentran balanceadas”. Las personas que la practican suelen encender velas para rodearse de luces bajas, música suave y consumir platos de invierno, en la medida que toda esta rutina conseguiría que las personas se relajen.
Sin embargo, un profesor del Centre for Indoor Enviroment and Energy at the Technical University of Denmark, ha señalado que la práctica podría traer consigo problemas rerspiratorios y hasta cáncer.
Jørn Toftum afirma que, al quemarse las velas, liberan un gran número de partículas las cuales entran a los pulmones. Además, algunas de estas partículas son tan pequeñas que atraviesan las últimas capas dentro de los pulmones y entran a la corriente sanguínea donde causan mayores problemas.
Otros profesores expertos en neumología avalan las tesis de Toftum y afirman que, efectivamente, las partículas podrían generar enfermedades pulmonares obstructivas crónicas y el asma. Además, existen estudios previos que señalan que algunas velas perfumadas pueden ayudar a la manifestación del cáncer, ya que contienen altos niveles del químico tóxico formaldéhido.
Lógicamente, esto no ocurre entre quienes practican esporádicamente el “hyyge” sino para las personas que practican este estilo de vida constantemente.
Los daneses están especialmente preocupados, ya que comprar y utilizar velas es algo muy propio de su cultura.
Y la idea es que no dejen de usarlas, pero que lo hagan en ocasiones especiales y no de forma tan frecuente que el olor de las velas se convierta en parte del aire que se respira todos los días.
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