Jugar en la tierra es saludable para tus hijos

Cuando fuimos niños, nos decían que no jugáramos en la tierra. Sin embargo, deshacerse del polvo y los gérmenes no siempre es la mejor opción, al menos durante el desarrollo del sistema inmunológico de los niños. Resulta que, en comparación con las personas de la ciudad, aquellas que fueron criadas en granjas tienen menores probabilidades de desarrollar alergias, rinitis alérgica y asma. Según un estudio, el aire al cual estas últimas crecen expuestas tiene componentes bacterianos que reducen la reactividad de su sistema inmunológico.

Un artículo publicado en la revista Science ha revelado la relación entre el polvo de las granjas y la protección contra el asma y las alergias. Para el estudio descrito en el artículo, se expuso ratones de laboratorio por dos semanas a polvo recogido en granjas de Alemania y Suiza, el mismo que contenía endotoxinas (fragmentos de bacterias). Como parte del estudio, luego de la exposición al polvo, los investigadores intentaron activar una alergia a los ácaros por parte de los ratones.

El resultado fue que aquellos ratones que fueron expuestos a las endotoxinas quedaron protegidos ante la alergia a los ácaros inducida, y que aquellos que no fueron expuestos desarrollaron asma. De acuerdo con el estudio, las bacterias presentes en el polvo de las granjas activaron una respuesta del sistema inmunológico en los pulmones de los ratones. El polvo de granja hizo que la membrana mucosa de los tractos respiratorios de los ratones expuestos reaccione de forma menos severa ante los alérgenos.

Se identificó como responsable a la enzima A20, la cual es producida por el organismo cuando entra en contacto con el polvo de granja. Esta enzima fue encontrada en el tejido pulmonar de los ratones expuestos al polvo. La respuesta protectora del polvo de granja no puede ser activada sin los niveles adecuados de la A20. Se confirmó el rol de la A20 tras exponer a ratones sin la enzima a polvo de granja o endotoxinas puras, los cuales igual desarrollaron asma.

Los investigadores también encontraron que la exposición de células pulmonares humanas a endotoxinas redujo la respuesta inmunológica en muestras cultivadas obtenidas de personas saludables, mientras que la misma exposición no redujo tanto la respuesta en cultivos obtenidos de personas con asma. Asimismo, las células de personas con asma no produjeron los mismos niveles de A20 que la muestra saludable. Finalmente, los investigadores analizaron datos de 1,700 niños europeos entre 6 y 12 años que viven en granjas, y encontraron que aquellos que sufrían de alergias respiratorias tenían una variación genética que hacía que la A20 no funcionara bien.

Los investigadores han concluido que el polvo de granja no actúa directamente sobre el sistema inmunológico, sino en las células estructurales de los pulmones. Es decir, cuando estas células son expuestas a polvo de granja, dejan de reconocer alérgenos comunes en el futuro. Sin embargo, según el estudio, esto depende de si la persona cuenta con los niveles suficientes de A20 en sus pulmones. Los investigadores ahora tratan de identificar otros elementos del polvo de granja que producen esta respuesta con el fin de crear un medicamento para que las células de los niños pequeños puedan dejar de reaccionar a los alérgenos.