HISTORIAS
El cubo Rubik en peligro
En un reciente artículo, el diario ABC de España llamaba la atención sobre una suerte de relajamiento de criterios del Tribunal General de la Unión Europea, sobre la protección de la propiedad intelectual.
Fue a raíz de un caso que perdió El Corte Inglés contra la marca “The English Cut” para evitar su registro como marca comunitaria. Según la decisión del Tribunal era imposible que la marca llevara a equivocación “porque los hispanohablantes no tienen un especial conocimiento del inglés”. Además, indicó que la asociación entre ambas era tenue.
El problema es que el mismo Tribunal ya anteriormente se había pronunciado en otros casos en sentido contrario, encontrando que las marcas que pretendían ser registradas generaban confusión. Uno de esos casos fue el de la polaca Mocek y Wenta a la que Lacoste llevó al Tribunal por el uso de una silueta de cocodrilo. En dicha ocasión la sentencia argumentó la notoriedad del cocodrilo para impedir el registro de la nueva marca comunitaria.
A esta acusación se suma el hecho que el propio abogado del Tribunal, Maciej Szpunar, ha pedido en mayo de este año anular el registro del cubo de Rubik, atendiendo a un recurso de una empresa alemana Simba Toys que quería registrar su propio cubo.
Precisamente, un reciente artículo difundido por Expansión, titulado El cubo Rubik podría perder su marca, sugiere que si este pedido procede, el dueño de Rubik podría perder la propiedad del concepto porque dejaría de ser considerado suficientemente distintivo para acceder a esa protección.
Los fans y usuarios del cubo están preocupados porque creen como su dueño, Erno Rubik, que se trata de un juguete único. Sin embargo, lo que más ha preocupado es que este tipo de decisiones que contradicen a decisiones ya tomadas por el propio Tribunal debilitan el sistema de protección de propiedad intelectual.
La defensa de Rubik se está centrando en este argumento para tratar de disuadir al Tribunal para que vaya por ese camino.
La amenaza está latente y eso condenaría a las empresas a tener que defenderse solas de cualquier imitación de sus marcas.
Entre los casos que dieron lugar a decisiones similares, el artículo evoca el caso de Lego que hace 6 años perdió sus derechos sobre los bloques de construcción, y ahora básicamente lo que protege son sus figuritas.
Publicar un comentario