HISTORIAS
Escándalo de Rio Tinto en Guinea
Luego que en el 2008, Rio Tinto, una compañía anglo-australiana, perdió la mitad de los derechos que tenía en Guinea y sólo pudo mantenerse con los que tenía pagando USD 700 millones al gobierno, liderado por Alpha Condé, estuvo durante un tiempo negociando para mantenerse explotando Simandou, uno de los depósitos más grandes de mineral de hierro en el mundo.
Para lograrlo, la empresa decidió contratar a un consultor llamado François Polge de Combret, quien tenía mucha llegada con el gobernante de Guinea, para que los ayude en las negociaciones, fijándole unos honorarios de USD 10.5 millones por sus servicios en el año 2011.
Ahora, se ha generado todo un escándalo porque la minera consiguió su autorización para permanecer en Simandou, y las autoridades se preguntan si la empresa no violó las leyes anticorrupción al pagar esa cifra a Combret.
Por ello, está siendo acusada de realizar malas prácticas para obtener el contrato, según informa el artículo de Financial Times, titulado “Rio Tinto adviser’s links to Guinea president raise bribery questions”, sobre el que se basa esta nota.
Si bien hasta el momento no hay pruebas tangibles de que los honorarios de Combret hayan incluido el pago de algunas coimas, esto es lo que se presume.
Por eso, los académicos y expertos consideran que los hechos podrían llevar al inicio de una investigación por parte de los reguladores estadounidenses e ingleses. Como se sabe, en los países desarrollados, los gobiernos pueden denunciar a sus propias empresas por prácticas deshonestas que realicen en otros países y sancionarlas por ello.
Lo que se cuestiona en este caso no es la contratación de un gestor de intereses como Combret para conseguir la autorización de explotación, sino la friolera suma que se le pagó por sus servicios que como se ha señalado podría incorporar coimas a funcionarios del gobierno guineano.
La búsqueda del lucro es completamente lícita, el problema surge cuando se pierde la perspectiva sobre lo que se puede o no hacer para conseguir un proyecto o firmar un contrato.
Las consecuencias pueden llevar a perder algo que la plata no puede comprar que es la reputación. No obstante, en este caso hay que asumir que en tanto no haya pruebas, no hay caso.
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