Los artistas gráficos han evolucionado con el tiempo. En un inicio dibujaban sus costumbres, luego pasaron a ilustrar a las personas de la época, los paisajes, entre otros, hasta tiempos más recientes en los que se ha popularizado el género de las tiras gráficas. Muchos de los artistas que se dedican a esta materia trabajan en periódicos y revistas, haciendo pequeñas caricaturas sobre distintos temas, poniendo la nota cómica o creativa a situaciones serias.
Esto explica que la política se haya convertido en una fuente de inspiración permanente, aunque muchas veces existen momentos en los que no sucede nada muy relevante. Cuando eso ocurre, los artistas se dedican a observar a su alrededor, tratando de encontrar algo que los inspire, afirma el artículo de The New York Times, titulado “Artists and Their Muse: Gentrification”, sobre el que se inspira esta nota.
La gentrificación es una idea que parece muy buena en el papel. Quién podría oponerse a la idea de mejorar los barrios pobres y tugurizados, promoviendo la construcción de casas y departamentos nuevos. Sin embargo, como consecuencia de esto, los precios de las casas y viviendas se elevan a precios exorbitantes, lo cual deja de ser bueno para las personas que no pueden pagar la renta o ni siquiera pueden encontrar un lugar para vivir.
En este fenómeno social y citadino, los artistas parecen haber encontrado una “musa excepcional”, por lo que los caricaturistas de diversos periódicos y revistas miran por la ventana todos los días mientras se movilizan tratando de encontrar inspiración en el entorno cambiante. Pero, no son los únicos que están apostando por la gentrificación. Los directores de cortos y de series también han sacado ideas para realizar pequeñas películas y temporadas enteras que giran alrededor de este tema.
Y es que parece que esta generación de artistas es también parte del sistema de la gentrificación. Los planificadores suelen referirse a la creación masiva de contenido sobre la gentrificación como una señal de que se pueden empezar a cambiar nuevas partes de la ciudad. Esto se debe a que la forma en la que el artista presenta el problema es de una manera más amena. Por tanto, los ciudadanos suelen relajarse respecto al tema. Sin embargo, los propios artistas suelen vivir en zonas que la gentrificación consume, por lo que son parte del sistema que lo mueve, pero a la vez son víctimas del mismo. Viven gracias a este y probablemente deban mudarse en un tiempo por la misma razón.
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