IDEAS
El día no tendría exactamente 24 horas
Si bien durante toda la vida nos han dicho que el día tiene 24 horas, la realidad es que ese número es ligeramente inexacto y existen siempre ciertas milésimas de segundo que sobran al finalizar el año. Esto es algo que sucede desde que la tierra existe y más aún desde que la luna se convirtió en su satélite.
Hace millones de años, los días eran más cortos. Sin embargo, el margen de diferencia no era muy significativo. En otras palabras, cuando los dinosaurios eran los habitantes de la tierra, los días duraban poco más de 23 horas.
Si eso es cierto, se estima que cada año por millones de años se agrega unas milésimas de tiempo, lo cual significa que al paso de los años esto empieza a notarse, afirma el artículo de The Economist, titulado “Ancient eclipses show how days are getting longer”, sobre el que se basa esta nota.
En teoría, cada año que pasa, gracias a la presencia de la Luna, se deberían agregar 2.3 milisegundos al tiempo. Sin embargo, como todo en la ciencia, existen excepciones. Esto se debe a que, lógicamente, no todos los años son iguales, es decir, cada año hay distintos fenómenos meteorológicos y naturales que pueden afectar el tiempo que se debe añadir.
Para tratar de averiguar este número, un grupo de investigadores se propuso encontrar cuánto duraban los días en las civilizaciones antiguas, para tratar de calcular cuánto había cambiado. Sin embargo, en aquel entonces los expertos utilizaban herramientas precarias como relojes de agua para calcular el paso del tiempo. Pero, debido a que este era calculado observando los astros, los encargados del estudio decidieron encontrar la evidencia de todos los eclipses solares y lunares –debido a que estos son fenómenos celestes- para así poder determinar qué tan largos eran los días.
Luego de incluir los datos encontrados con fórmulas matemáticas, se encontró que en realidad cada año se agregan 1.8 milisegundos al tiempo, bastante menos de lo que se creía. Los expertos consideran que esto se debe a efectos que aún permanecen en la historia del planeta, como la era del hielo, la cual hizo que la tierra cambiara de forma y, por tanto, cambiara también su ángulo de rotación.
Según esto, nuestros días se están haciendo cada vez más largos. Probablemente, todos los habitantes del planeta morirán sin sentir sus efectos, pero quizás las generaciones próximas vivan en un planeta tierra donde se enseñe de manera diferente cuánto dura un día.
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