IDEAS
Ciudades flotantes
El ser humano ha probado que son pocos los territorios donde sería imposible vivir. Esto gracias a la creación de nuevas tecnologías y la constante perfección de las ya existentes. Con el rápido crecimiento de la población mundial, las personas han optado por grandes complejos habitacionales compuestos por edificios de 20 pisos aproximadamente capaces de albergar cientos de personas en un mismo espacio. Sin embargo, para algunos esta multitudinaria convivencia no es una opción a considerar y prefieren encontrar espacios más tranquilos lejos del tugurio, donde se pueda vivir libremente.
Una compañía americana parece tener la alternativa perfecta: ciudades flotantes. Así es, urbes construidas en medio del mar para personas que buscan cierta paz. El gobierno de la Polinesia Francesa ha firmado un acuerdo que permite a la visionaria empresa construir en sus aguas y se espera que el proyecto esté listo para 2019, de acuerdo a un artículo de ZME Science, titulado “World’s first floating city might be built off the French Polynesian coast”.
The Seasteading Institute, firma estadounidense a cargo del proyecto, tiene planificado construir distintas ciudades flotantes en aguas internacionales alrededor del mundo. No obstante, dada la magnitud de su diseño, se ha considerado apropiado empezar con una primera ciudad piloto en las aguas territoriales de algún país dispuesto a colaborar, en este caso la Polinesia Francesa.
El plan original de la compañía era crear espacios abiertos donde hombres de negocios puedan realizar su trabajo sin preocuparse de ser controlados por el gobierno pues se encontrarían en aguas internacionales. Pero pronto se hizo evidente que una ciudad como esa requeriría de mucho dinero, principalmente porque las personas que las habiten requerirán suministros (ropa, comida, electricidad, medicinas, entre otros) y estar a más de 370 kilómetros de tierra firme eleva los costos a cifras astronómicas. En vista de dicha situación se optó por aguas territoriales que ofrecieran más beneficios y demandaran menos inversión. Como parte del proceso de implementación, los habitantes de la isla deberán seguir un régimen de consumo adecuado que pueda ser satisfecho por los suministros que se pondrán a disposición en la isla. En caso se requiera algo extra, las personas podrán dirigirse a la Polinesia Francesa haciendo uso de un bote rápido. Por otro lado, la ciudad estará construida con plataformas modulares, lo cual permitirá añadir nuevos habitantes fácilmente, así como usar las plataformas para navegar en el mar independientemente.
El siguiente paso para la compañía es proceder a realizar los estudios pertinentes para evaluar el impacto económico y ambiental que tendría su proyecto. De igual manera, será necesaria la creación de un sistema legal que regule la vida al interior de la isla.
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