HISTORIAS
¿Para qué sirve el apéndice?
Durante mucho tiempo se ha pensado que el apéndice no sirve para absolutamente nada. El órgano no tiene ninguna función aparente y, para muchos, sólo estorba, debido a si algo malo le sucede, tiende a estallar, causando daño en el interior del cuerpo. Por ello, hay personas que se ven obligadas a extraerlo, causando mayor molestia.
En un cuerpo lleno de cosas que funcionan y están en un lugar por una razón específica, este órgano “aparentemente inservible”, parece ser la excepción de la regla. Además, podría ser una evidencia de que la evolución no avanza según lo que necesita para sobrevivir, ya que el apéndice en teoría no sirve. Sin embargo, parece ser que esta creencia es errónea, según el artículo de ZME Science, titulado “The appendix keeps you healthy and your gut bacteria happy, study finds”, sobre el que se basa esta nota.
Para comenzar, es importante señalar que el apéndice no es un órgano exclusivo del ser humano. Este se encuentra presente en otras especies de mamíferos en el reino animal. Esta es una buena noticia, ya que permitió a los autores del estudio, titulado “Morphological evolution of the mammalian cecum and cecal appendix”,investigar si es que el apéndice podría haber surgido debido a el consumo de ciertas dietas o por vivir en ciertos hábitats.
Estas teorías fueron descartadas, ya que los animales que tenían un apéndice provenían de entornos diferentes y con dietas disimiles. Es debido a esto que los investigadores decidieron investigar por otros lados, y fue así que descubrieron que el apéndice, aparentemente, sí tenía una función: un órgano inmunológico secundario.
Según el estudio, las especies que habían desarrollado un apéndice tenían mayores niveles de tejido linfoide en el ciego, la primera parte del intestino. Este tejido es conocido por ser hogar de una multitud de flora intestinal. En otras palabras, los investigadores concluyeron que el apéndice es un lugar donde las bacterias buenas de nuestro cuerpo van a recuperarse o a reproducirse, lo cual hace que se mantengan saludables, y convierte su presencia en algo positivo para el cuerpo.
En otras palabras, si el estudio resulta ser cierto, la ciencia ha estado equivocada en la forma de ver al apéndice durante muchos años. Parece ser que, en realidad, el pequeño órgano siempre estuvo ayudando al cuerpo, aunque nadie le daba el crédito que se merecía.
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