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La polémica de los ultrasonidos
Muchas mujeres embarazadas se sienten sumamente emocionadas al ver las primeras imágenes de sus hijos a través de los famosos ultrasonidos. Sin embargo, existe mucha polémica rodeando estas primeras imágenes, ya que muchos consideran que este no es aún un ser humano, y se engaña a las mujeres apelando a la emoción.
Los ultrasonidos tienen sus orígenes en la exploración espacial, luego fueron utilizados durante la guerra para ubicar submarinos, y posteriormente se implementaron en la medicina. Este último capítulo en la existencia de los ultrasonidos trajo consigo una pesada carga política, afirma el artículo de The Atlantic, titulado “How Ultrasound Became Political”, a partir del cual hemos desarrollado esta nota.
Básicamente, las imágenes producidas por ultrasonidos fueron utilizadas por muchos años para evitar que mujeres que querían abortar lo hagan. Estas imágenes son producidas durante las primeras semanas de gestación, en las cuales, si bien se aprecia una forma humana, aún se trata de un feto. Este no posee sistema nervioso, por tanto, no sentiría dolor si es que fuera abortado, afirman algunos. Sin embargo, debido al fuerte rechazo hacia el aborto en ese momento, los ultrasonidos fueron utilizados como herramientas que apelaban al sentimiento de las mujeres, bajo la teoría de que, si una madre veía a “su futuro hijo, reconocería que este es humano y que abortarlo sería un asesinato”.
Pero, de acuerdo al artículo de The Atlantic, es importante tener en cuenta que esto es un engaño. Dicha publicación cita una película, titulada “The SIlent Scream” (El grito mudo), dirigida por Bernard Nathanson, en la cual se esditó vídeos de ultrasonidos para mostrar que el feto sufría cuando lo abortaban. Sin embargo, la película también se basaba en el engaño para dejar una huella política.
Ambos ejemplos son relevantes hoy en día, cuando los políticos republicanos en Estados Unidos han propuesto el “Acta de la Protección del latido”, la cual propone que, si un doctor va a realizar un aborto, debe buscar latidos fetales. Estos no son iguales a los latidos de un corazón humano ya que no pueden ser oídos, sino solo vistos. Se trata, no de palpitaciones generadas por un músculo bombeando sangre al cuerpo, sino de un grupo de células enviándose señales eléctricas entre ellas. Los voceros detrás de esta propuesta emplean una premisa que dicta que “si hay un latido, entonces debe ser un ser humano”, pero hay quienes afirman que no hay correlación.
El problema con esta acta, es que, al igual que los dos ejemplos anteriores, se basa en mentiras y medias verdades para implementar una agenda política, la cual pone al feto en el centro de la imagen, pero deja a la mujer de lado.
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