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Comunicación entre calamares
Por muchos años, los seres humanos se identificaron como la única especie capaz de comunicarse. Sin embargo, en las últimas décadas, cada vez más estudios han demostrado que todos los animales tienen forma de comunicarse. Cabe resaltar que, para que haya comunicación, no es necesaria la existencia de la "palabra" o de una voz interlocutora. De ser así, absolutamente ningún animal tendría capacidad de comunicarse.
Pero, en realidad, cada especie cuenta con un sistema de lenguaje propio. Las hormigas, por ejemplo, se comunican tocando sus antenas y por medio de químicos. Por su parte, los calamares se comunican a través de su piel, afirma el artículo de Wired, titulado “Squid Communicate With a Secret, Skin-Powered Alphabet”, que nos ha permitido elaborar esta nota.
La ciencia descubrió hace años que los cefalópodos tenían uno de los cerebros más desarrollados del reino animal. Este les permite resolver problemas y controlar sus cuerpos de formas inimaginables. Entre ellas se encuentra la capacidad de controlar sus manchas con fines comunicativos. Como se sabe, algunos cefalópodos tienen la capacidad de cambiar de color y los patrones de su piel, según estudios recientes, esta sería su forma de comunicarse.
Esa es la teoría de Chuan-Chin Chiao, un neurocientífico de la Universidad Nacional Tsing Hua de Taiwan. Chiao, inspirado por el trabajo de B.B. Boycott, el cual, al tratar a sus pacientes de epilepsia, solía transmitir pequeñas corrientes eléctricas en sus cerebros. Fue de esta forma que Boycott encontró que la estimulación eléctrica en distintas zonas del cerebro generaba reacciones físicas en distintas partes del cuerpo, como cosquilleos en las manos y piernas.
Chiao decidió llevar el experimento al siguiente nivel. Para ello, utilizó un calamar ovalado como el sujeto de su experimentación y le colocó electrodos en distintas partes del lóbulo óptico del animal, el cual es una parte del cerebro de los cefalópodos que continúa siendo un misterio para la ciencia.
El neurocientífico se sorprendió cuando encontró que, si estimulaba una parte del lóbulo, la piel del animal se volvía completamente negra. Y cuando estimulaba otras partes lograba que la piel cambiara a otros patrones y colores. Así mismo, encontró que su piel estaba llena de músculos que controlaban la pigmentación de la misma. Con esta información, Chiao concluyó que la piel del calamar era como un teclado, y su cerebro controlaba la aparición de distintos caracteres, creando un mensaje específico en el proceso.
Chiao aún no ha logrado descifrar los patrones de su lenguaje. Pero, planea experimentar con distintos calamares para tratar de encontrar qué significan los mensajes para ellos.
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