TENDENCIAS
La paternidad contra el racismo
La sociedad ha atravesado períodos realmente lamentables de racismo, generalmente perpetuado por personas blancas. Esto nace de la idea de que la “raza blanca” es superior al resto. Distintas teorías han sido planteadas respecto a la justificación del racismo. Por mucho tiempo se afirmaba, por ejemplo, que los negros eran lo más cercano a los animales, lo mismo que los indígenas.
Sin embargo, el progreso de la ciencia ha demostrado que no existe la superioridad de una raza sobre otra o si quiera algo tal como una “raza” realmente. Hoy en día se habla de grupos étnicos y la sociedad parece haber dejado atrás el racismo. Pero, las acciones de muchas personas alrededor del mundo prueban todo lo contrario.
La realidad es una sola: la sociedad ha pasado de practicar el racismo de manera pública o formas más sutiles de discriminación racial, encubiertas por un discurso inclusivo. Tal como afirma Jennifer Harvery, columnista de The New York Times, en su artículo “Are we raising racists?”, la educación contra el racismo nace en casa y es, principalmente, labor de los padres de familia.
Harvey se centra en el color de la piel de las familias y hace una importante distinción en la forma en que los padres blancos abordan el tema del racismo en comparación con el resto de padres en Estados Unidos. Mientras que las personas blancas les enseñan a sus hijos que “todos son iguales” y que “el color de la piel no define a una persona”, los padres latinos y negros aleccionan a sus hijos respecto a las características del racismo, cómo identificar una conducta racista y qué hacer ante ella.
Distintos estudios afirman que este último grupo de padres tiene entre dos y cinco veces más posibilidades de criar hijos con una idea más real del racismo. Esto significa que esos niños tenderán a convertirse en adultos que hagan la diferencia y realmente luchen contra el racismo. En cambio, los hijos de padres blancos serán más propensos a percibir la discriminación racial como una problemática lejana a su realidad.
En el Perú, la distinción se crea entre las familias blancas y las de origen andino o ascendencia afroperuana. Existe un gran estereotipo acerca del estilo de vida de las personas en base al color de su piel: se cree que las personas blancas tiene más recursos, mientras que los demás no tienen las mismas posibilidades económicas ni sociales. Estos estereotipos no solo son difundidos por los medios de entretenimiento, sino también por los padres de familia.
Muchas personas recurren a apodos como “negro” o “cholo” para referirse a otras. Pero, si bien puede parecer algo inofensivo y hasta cariñoso para muchos, el simple hecho de referirse a otro en base a sus rasgos físicos implica una distinción racial, lo cual no debería permitirse.
Es de suma importancia que los padres de familia enseñen a sus hijos que el racismo es una realidad actual. Los jóvenes deben saber reconocer las prácticas racistas y denunciarlas. Pero para esto, es necesario que sus padres les den el ejemplo y dejen de referirse a los demás haciendo alusión a sus rasgos físicos, mucho menos si es que se trata del color de la piel.
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