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Un día menos en la escuela
Cuando se habla del futuro de un país es común que las personas señalen a los niños como la clave para seguir creciendo. Para que ello se haga realidad se requiere de una educación de primer nivel, a lo cual apuntan todas las naciones del mundo. Esto ha llevado a que se creen distintos sistemas educativos en busca del que mejor funcione en pro de los niños.
Pero, ¿qué ocurre cuando una metodología de enseñanza se moldea en base a beneficios económicos y en base a las comodidades de los adultos? Este parece ser el caso de una medida que está siendo ampliamente adoptada por las escuelas rurales en Estados Unidos. Las instituciones educativas la han presentado como un sistema beneficioso para la enseñanza de los niños, pero tal parece que esto no sería cierto, afirma The Atlantic en su artículo “What if students only went to school four days a week?”, sobre el que se inspira esta nota.
Un informe de Bookings señala que, hasta el momento, 88 distritos en Colorado, 43 en Idaho, 30 en Oregon y casi la mitad de los distritos en Montana han adoptado el sistema de cuatro días a la semana, en lugar de cinco como se acostumbra en la mayoría de colegios. Los niños que asisten a estas escuelas deben pasar más horas en sus centros educativos de lunes a jueves de manera que el viernes pasa a ser un día libre como lo son el sábado y el domingo usualmente.
La explicación a este nuevo sistema es que de esta forma las escuelas pueden reducir los costos de enseñanza, a la vez que los estudiantes pueden recibir más cursos extracurriculares y así tener una educación más integral. Sin embargo, Paul Hill, profesor en University of Washington Bothell, afirma que esto no es del todo cierto. En entrevista con The Atlantic, Hill explicó que se trata más bien de un sistema pensado a favor de los padres y el propio beneficio de las escuelas.
De acuerdo al experto, convertir el viernes en un día libre permite a los padres tener un día más para realizar ciertas actividades que son más difíciles de lograr en sábado o domingo, como ir a una consulta médica. Sin embargo, las escuelas estarían olvidando que muchas de familias no pueden cuidar a los niños los días viernes pues los padres deben seguir trabajando y no tienen los recursos suficientes como para contratar a una persona que se encargue de los pequeños.
Las escuelas se han empeñado en establecer que el recorte de días resulta en beneficios económicos tanto para las familias como para los propios centros educativos. Muchos niños deben sortear problemas de transporte para llegar a sus colegios, de manera que ir un día menos a clase significa un ahorro en costos de buses. Para las escuelas el panorama es distinto.
Ávidas por recortar sus gastos e impedidas de recortar aún más los salarios de sus profesores, las escuelas consideraron que al recortar un día de colegio reducirían sus costos en salarios. Sin embargo, al alargarse las horas de clases de lunes a jueves, los colegios deben contratar a auxiliares que, si bien cobran menos que los maestros regulares, también representan un gasto.
Explicar las razones por las que más escuelas continúan aplicando este nuevo sistema educativo es realmente difícil, explica Hill. El problema es que el modelo se está difundiendo cada vez más y ninguna autoridad está haciendo nada por detenerlo. De continuar así, podría llegarse un punto en el que será imposible revertir la situación, lo cual sería realmente perjudicial para los niños. Es de suma importancia que estos reciban una mejor calidad educativa y este no sería el camino correcto.
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