TENDENCIAS
Las universidades públicas y el financiamiento privado
Los estudios y la investigación científica son fundamentales para el desarollo de la humanidad. Después de todo, han apoyado enormemente el progreso, ayudando a que se desarrollen nuevas tecnologías y que las personas tengan una mejor calidad de vida.
Lamentablemente, es imposible realizar una investigación de calidad sin dinero y sin la tecnología necesaria. Es debido a esto que no es poco común que, cuando el estado falla en ofrecer alternativas de financiamiento, algunas universidades o institutos acuden al sector privado en busca de recursos que les permita . El problema es que esta medida podría no ser necesariamente la mejor alternativa según afirma el artículo de The Atlantic, titulado “Public Universities Get an Education in Private Industry”, sobre el que se inspira esta nota.
El principal cuestionamiento que el arttículo plantea es que las empresas tienen intereses particulares, lo que podría implicar interferencia en la objetividad de los estudios que financian, los cuales en ningún caso pueden ir en contra de dichos intereses. Para asegurarse que los estudios que financias incluso lleguen a respaldar sus iniciativas o accionar, las empresas suelen sugerir las herramientas, metodología, y el contexto de estos, lo cual de alguna manera orienta los resultados finales.
Un caso famoso donde ocurrió algo como lo que se describe es aquel auspiciado por Red Bull que terminó siendo cuestionado porque mostraba descubrimientos sobre la importancia de restringir el azúcar en la dieta diaria. Esto, claramente, no convenía a Red Bull ni a otras empresas similares, las cuales atacaron al estudio afirmando que estaba elaborado sobre bases sumamente débiles y que dañaba la reputación de buenos estudios.
Sin embargo, si los problemas son tan obvios y dañinos para la verdad y la ciencia, debería resultar lógico que las universidades e institutos no recurran a estos recursos para financiarse. El problema es que, para muchas universidades públicas, negarse el apoyo de compañías significa un golpe duro en el financiamiento de investigaciones, lo cual reduce sus posibilidades de hacer publicaciones anualmente.
En resumen, se tiene un problema enorme, pero ¿cuál es la solución?
La más obvia resulta que el Estado proporcione los fondos, sin embargo, la comunidad científica tiene problemas convenciendo a las autoridades de la importancia de apostar por la ciencia. Un claro ejemplo de esto es la restricción del financiamiento a las investigaciones del cambio climático en EE.UU. de Trump. Por tanto, la comunidad científica se enfrenta a una disyuntiva: publicar menos artículos con más variedad al año, o sacrificar temas y verdad para satisfacer a empresas y recibir su financiamiento.
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