HISTORIAS
Los condones y la elaboración de vino
El vino es una de las bebidas alcohólicas más populares de la historia. Desde la antigua Grecia, pasando por el Imperio Romano hasta la actualidad, el vino ha estado presente a lo largo de cientos de años. Es precisamente debido a su popularidad que se puede encontrar en todo tipo de formatos, desde vinos extremadamente baratos a versiones sumamente caras.
Sin embargo, no todos tienen la capacidad adquisitiva como para comprar vinos caros, el cual es precisamente el caso de los cubanos. Sin embargo, sus ciudadanos se las arreglan para encontrar formas, técnicas, herramientas y materiales para preparar vino considerablemente barato, afirma el artículo de Quartz, titulado “Cuban winemakers’ secret to affordable wine: condoms”, sobre el que se inspira esta nota.
Como se sabe, Cuba es un país que ha crecido bajo la influencia comunista. Debido a esto, el sueldo promedio de sus ciudadanos es de, aproximadamente, USD 25. Por supuesto que, con esa cantidad de dinero mensual, resulta sumamente complicado poder comprar vinos de buena calidad e importados. Pero, esto no es un problema para muchos cubanos, los cuales suelen abrir destilerías familiares y hacen vino con toda clase de insumos improvisados.
Uno de los materiales que más abundan en Cuba son los condones. En Cuba, estos anticonceptivos existen al por mayor debido a las políticas de salud pública de la isla que han logrado que esta no tenga los índices más grandes de reproducción del mundo. Por ello, es común que muchos de los condones sean utilizados para distintos propósitos, como ligas, herramientas de pesca, y para la fabricación de vinos.
La familia de Orestes Estevez es una de aquellas donde los condones son utilizados para hacer vinos. Los Estevez colocan estos anticonceptivos en la boca de unas quinientas botellas. Cuando la fruta presente en la bebida fermenta, libera gases que llenan la botella y hacen que el condón se levante. Una vez que este regresa a su posición relajada, significa que el proceso de fermentación está terminado. Estevez bromea diciendo que el proceso es similar por el que pasa un hombre: se levanta, se baja, y termina.
Una vez que esto sucede, el vino es embotellado y es vendido directamente a casas o a restaurantes. Resulta interesante como, frente al problema de no poder comprar un vino, los ciudadanos han sabido aprovechar insumos que tienen para satisfacer sus necesidades. Si todos fuéramos así respecto a temas de importancia, quizás el mundo sería un lugar diferente.
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